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Villa, en los papeles secretos de Felipe

El expresidente del Gobierno cita de manera somera al exlíder del SOMA, una de las veces cuando el sindicalista estaba en contra de la huelga general del 14 de diciembre de 1988

Felipe González tiene una muestra de cariño con José Ángel Fernández Villa en un acto electoral en 2009 en Oviedo.

¿Cómo fue la relación de Felipe González con José Ángel Fernández Villa? Si nos dejamos guiar por los papeles personales del expresidente del Gobierno, que se acaban de hacer públicos por la Fundación que lleva su nombre, fue escasa. Apenas tres referencias en miles de documentos, todas ellas apuntes de reuniones de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. Esta conclusión sería engañosa. González y Villa tuvieron primero una buena relación durante los años 80. Incluso el líder del SOMA se mantuvo al lado del Gobierno contra la huelga general convocada el 14 de diciembre de 1988. Después se deterioró hasta alcanzar el calificativo de pésima, en especial después de que Villa se encerrase en el pozo Barredo, de Mieres, el 23 de diciembre de 1991. Curiosamente, en los papeles secretos de Felipe González no se recoge ni una sola mención a esta protesta sindical que marcó un punto de inflexión en el sector minero.

Puede que tenga relación o no, pero hay un hecho significativo que ocurre ese mismo año. A principios de 1991, el 12 de enero, Alfonso Guerra dimite como vicepresidente del Gobierno a raíz del escándalo de su hermano Juan. Villa siempre fue un ferviente y reconocido "guerrista", la corriente dentro del PSOE alineada con Alfonso Guerra y enfrentada a la línea más liberal del partido.

Las primeras relaciones de Villa y González datan de los años setenta del pasado siglo, cuando el PSOE comenzaba a reorganizarse en el interior de España. Felipe era "Isidoro" en la clandestinidad y asistía a cursos y concentraciones en Peña Mayor (Laviana) y Tarna (Caso). El exsindicalista ya se dejaba ver por el puerto casín. En 1978, fue elegido miembro de la Comisión Ejecutiva Regional de la FSA. Un año después, dio el salto a la Federal, para sentarse al lado de Felipe González en la dirección del PSOE. En este puesto se mantuvo hasta 1993.

González escribe a mano, en una libreta de cuadrícula, preferentemente con tinta negra y a veces utiliza la azul, algunas páginas están censuradas con una mancha de color verdoso, la letra es menuda y legible, subraya y encuadra aquello que considera importante, no suele hacer valoraciones, pero sí alguna reflexión sobre lo que escucha. En sus papeles secretos, se recorre la vida de España, Europa y parte del Mundo. Por ejemplo, cumbres europeas y la reunión con Fidel Castro.

La primera anotación de Felipe González sobre Fernández Villa aparece el 7 de septiembre de 1987. La dirección del PSOE se reúne en la sede de la calle Ferraz de Madrid y el primer asunto a tratar es la "situación política y análisis general". González fija algunos objetivos: "Creación de empleo, jóvenes sobre todo; modernidad y competitividad...". El primero en intervenir es José Luis Corcuera. Después es el turno de Villa, quien "toma posición de los sindicatos y en particular de la UGT, que parte de intenciones que hay que analizar", recoge de forma manuscrita Felipe González en sus papeles. Y añade: "Afirma que tenemos que dar algunos pasos adelante como yo propongo".

A continuación, el expresidente del Gobierno apunta una reflexión personal. "La UGT no se compromete a nada. No legitima la política del Gobierno en ningún caso". Felipe González no suele hacer valoraciones de las intervenciones que anota. Sólo, de vez en cuando, alguna reflexión como ésta.

En la reunión intervienen también Manuel Chaves, Alfonso Guerra o Txiki Benegas, quien al final de su intervención plantea "el problema de cómo ganarse a la opinión pública". A renglón seguido, Villa toma la palabra para contar "su experiencia personal", sin que Felipe González dé ningún detalle más. Sólo realiza un pequeño dibujo, casi un pequeño manchón, como para entretenerse, y apunta otra reflexión: "Cuando hacemos propuestas, son percibidas como actitudes cínicas, porque no se conciben otras que las propias de los receptores". Después se habló de terrorismo. Los años de plomo de ETA. Pero la página está en blanco. No es la única. Otras aparecen censuradas con una mancha que cubre todo lo escrito.

La segunda cita a Villa aparece un año después. El 22 de noviembre de 1988. Tiene mucha trascendencia. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE aborda la huelga general organizada para el 14 de diciembre. La convocan CC OO y UGT. Felipe González apunta en sus papeles varias preguntas que se supone lanza al resto de asistentes: "¿Supone una ruptura del diálogo? ¿Qué coste tiene para los sindicatos? ¿Supone un test para el Gobierno? ¿No supone nada?".

El ejecutivo socialista gobernaba con su segunda mayoría absoluta. El detonante fue la reforma laboral que abarataba el despido e introducía contratos temporales para los jóvenes con el salario mínimo interprofesional. Carlos Solchaga era el ministro de Economía, tras sustituir a Miguel Boyer. Solchaga había propuesto el cierre de las minas. Se le atribuye la frase de que era más barato pagarles el sueldo a los mineros en casa.

Txiki Benegas abre el turno de intervenciones. Se muestra optimista. Habla de la "gratuidad de la huelga". José Félix Texanos añade su "clara intencionalidad política". Hay otras dos intervenciones hasta que, en el quinto lugar, interviene José Ángel Fernández Villa. Su postura sorprende. Primero advierte de "la gravedad de una huelga general". Después, según anota Felipe González, dice que "el problema sindical lo abordamos muy conyunturalmente. No de manera sistemática y seria". Y concluye con una cita en la que Villa apoyaba "la estrategia de expulsión de la UGT de los disidentes".

Felipe González apunta después otras anotaciones personales. Se pregunta si algunas federaciones se pueden descolgar de la convocatoria y si el comité federal se pronunció sobre el paro. Lo que sucedió es que la huelga del 14-D de 1988, convocada por UGT y CC OO, fue un éxito. Se cortó la señal de TVE. El Gobierno retiró la reforma laboral y se incrementó el gasto social. Felipe González, al año siguiente, volvió a ganar las elecciones, pero se quedó a un diputado de la mayoría absoluta.

La siguiente anotación en los papeles de Felipe González sobre Villa se realiza en 1992. Habían sucedido ya acontecimientos de suma importancia en el seno del PSOE. Alfonso Guerra había dimitido de vicepresidente del Gobierno, aunque se mantuvo como número dos del PSOE hasta 1997 y diputado en el Congreso hasta 2015. Y Villa se había encerrado en el pozo Barredo, en la Navidad de 1991.

La Ejecutiva Federal se reunió el 16 de julio. Se aborda la situación económica, con especial atención al déficit púbico que casi se había duplicado en un año, con la consiguiente propuesta de recortes sociales. La primera intervención, de la que no es específica la identidad, aborda la consecuencia de los recortes y de la desigualdad. Después habla Villa. Afirma que, "sin duda, hay que tomar medidas", pero echa la "responsabilidad a Economía". Y añade que "recortar gastos no debe fomentar la desigualdad", sitúa el posible "problema de credibilidad en los responsables de la política económica", avisa de que "la medida puede suponer un peligro en la capacidad electoral", que puede producir "un rechazo de los sindicatos" y concluye que "se puede cambiar, pero hay que seguir gobernando".

Después de esta anotación llega el silencio. Villa abandona la Ejecutiva Federal del PSOE en 1993, año que asume la presidencia del Instituto de Formación, Investigación, Documentación y Estudios Sociales (Infide) del SOMA -cuyo último presidente, Pedro Castillejo, acaba de ser condenado a dos años de cárcel por apropiación indebida-. Después fue Senador por designación de la Junta General el Principado de 1999 a 2003. Y diputado regional de 1983 a 2007.

Queda la anécdota de una reunión en La Moncloa, sobre el sindicalismo en la Unión Europa, en la que España acababa de ingresar, en la que Villa, ante el discurso de González, le espetó: "Tengo percebes en los cojones de hacer asambleas por los pozos para que ahora me vengáis a explicar cómo hacer sindicalismo". Esta anécdota, no está recogida.

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