"Llevamos un periodo de rebajas de pena". Así de tajante se expresa Loli Olavarrieta, presidenta de la Unión de Comerciantes del Caudal. El principal motivo, sobre todo en el sector textil, ha sido el retraso en la llegada del buen tiempo. "El verano acaba de empezar, así que la ropa de este periodo se está vendiendo ahora, pero rebajada, claro", apunta Fernando González, de Deportes Tuñón. Gemma González, de la boutique "Florentina Martínez", reconoce no haberse sorprendido por las condiciones meteorológicas: "Sabemos lo que son las rebajas de verano, así que intentamos no cargarnos de ropa demasiado veraniega y apostar más por las prendas de entretiempo". A pesar de los malos datos de ventas, el sector de la decoración no se ha resentido tanto. Como es habitual, los consumidores suelen esperar a esta época para hacer obras en casa. "La gente empezó a echar un ojo antes de las rebajas y con ellas tuvimos una buena salida de confecciones y otro tipo de géneros", relata Fátima Menéndez, de Anre Decoración.
Aunque, como reconocen desde Florentina Martínez, "la primera quincena de julio, las rebajas estuvieron bastante animadas", lo cierto es que después, "empezaron a aflojar". Desde la Unión de Comerciantes del Caudal tuvieron que tomar medidas. "En julio pedimos permiso al Ayuntamiento de Mieres y 18 comercios sacaron sus productos rebajados fuera de la tienda", explica Olavarrieta en referencia a la jornada del pasado 23 de julio, en la que los comerciantes de Mieres pudieron vender sus artículos de rebajas en plena calle. Otra de las formas de dar una salida a los productos más difíciles de liquidar es la ya típica Feria del Stock, que se celebra en Mieres cuando finalizan los periodos de rebajas de verano e invierno. "Se trata de una vía de escape para los productos que llevan más de nueve meses en las tiendas", reconoce Loli Olavarrieta.
Parches
Pero esto solo son medidas "ad hoc" que, si bien son un parche efectivo a corto plazo, en absoluto constituyen una solución definitiva para el declive del comercio de proximidad. Solucionar este problema de raíz implica legislar. Al menos, así lo cree Olavarrieta: "Que la Ley de Comercio permita a cada negocio poner rebajas cuando quiera hace que los consumidores se acostumbren a comprar siempre con los productos rebajados, lo que perjudica gravemente a los comerciantes". "Este tipo de rebajas hunde el mercado y al compañero que vende en la tienda de al lado", denuncia Olavarrieta. E insta a que se tomen medidas: "Los políticos deben escuchar la voz de los autónomos de los comercios locales, que son los que dan luz y seguridad a nuestras calles".
