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Llega la teleasistencia 3.0

Dolores González, de Mieres, es la primera asturiana en usar el servicio "Cuídate+" de Cruz Roja, con sensores de movimiento y análisis de datos

Jonathan González con su abuela, Dolores González, que muestra el medallón de teleasistencia, con un sensor en la esquina derecha, en la pared. J. R. SILVEIRA

Dolores González vive sola en su casa del barrio mierense de Arriondo y sufre hipertensión. Sin embargo, desde hace un mes vive mucho más tranquila, ya que es la primera usuaria del servicio "Cuídate+" de Cruz Roja, que lleva la teleasistencia que realiza desde hace años la ONG a un nuevo nivel. Y es que, además del medallón con el que se puede comunicar con el equipo de Cruz Roja desde cualquier lugar de su casa, también cuenta con varios sensores en la vivienda que analizan sus hábitos y movimientos por la casa. Además, dispone de un tensiómetro y una báscula que también están conectados al sistema para hacerle un seguimiento. Es la teleasistencia 3.0., con la tecnología más moderna.

"Estoy contentísima, porque a veces me sentía un poco mal o insegura al vivir sola y ahora siento que estoy más protegida", asegura esta mujer. Su principal problema de salud es la hipertensión. Sufre el "síndrome de la bata blanca", es decir, que se pone muy nerviosa cada vez que tiene que acudir a una cita médica y eso le afecta a la tensión que ya de por sí tiene que controlar diariamente. Gracias a este sistema está mucho más controlada. De hecho, su eficacia es tal, que incluso cuando se estaba preparando este reportaje en su casa, le llamaron desde Cruz Roja porque habían apreciado una alteración en la tensión ese día. "Estaba un poco nerviosa al saber que venía un periodista para hablar con ella", señala su nieto, Jonathan González.

El servicio "Cuídate+" se adapta a las necesidades de cada usuario. En el caso de Dolores, le instalaron dos sensores de movimiento, uno en el dormitorio y otro en el pasillo; además de otro en la puerta de entrada a la vivienda. "Con los sensores de movimiento pueden ver, por ejemplo, si se ha levantado en plena noche y no ha vuelto, con lo que la respuesta es mucho más rápida", asegura el nieto. El sensor de la puerta también ayuda a conocer sus hábitos. "Ella suele salir de casa todos los días, si el sensor apreciara que no sale de casa en unos días, alertaría al sistema del cambio de hábito", apunta. Lo mismo ocurre con la báscula y el tensiómetro, que alertan -como ocurrió durante la preparación del reportaje- cuando se produce un cambio brusco.

En función del usuario, el sensor de puerta podría instalarse en la nevera, para controlar que la persona se alimenta con alimentos perecederos; o colocar los sensores de movimiento en otras partes de la vivienda, como el baño o el salón. Todo depende de las necesidades que tenga por cubrir y la ayuda que precise.

Dolores ya contaba antes con el servicio de teleasistencia de Cruz Roja, pero ahora se encuentra aún más segura. María Isabel de Paz, responsable Autonómica de Teleasistencia y Atenpro en Cruz Roja, destacó las ventajas del servicio "donde la base es la teleasistencia, pero tiene otras posibilidades relacionadas con la seguridad y la salud". De hecho, aunque al hablar de teleasistencia muchas personas piensan en los mayores, el servicio no es únicamente para este colectivo, ya que puede ser utilizado, por ejemplo, por mujeres que tienen un embarazo complicado o personas jóvenes que tengan una enfermedad crónica.

De momento, y debido a que el sistema se implementó hace poco más de un mes, sólo hay dos personas en Asturias haciendo uso del servicio de "Cuídate+", aunque esperan que este número aumente en los próximos meses. Asimismo, De Paz explicó que Cruz Roja ha ofertado 78 equipos de "Cuídate+" de forma gratuita a los ayuntamientos asturianos para que estos decidan qué persona los puede utilizar, al igual que hacen con la teleasistencia.

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