Una joven de 21 años ha denunciado a un hombre por violarla en Turón. Ocurrió en La Veguina, en la noche del miércoles. La chica subió a casa de su presunto agresor, al que conocía, porque él le dijo que tenía que darle un recado para su padre (del que era amigo). Dentro de la casa, según consta en la denuncia, la metió a la fuerza en una habitación y la obligó a mantener relaciones sexuales. En la vivienda estaba también el hijo del agresor, de cinco años, viendo la tele en la salita. El diagnóstico que refleja el informe médico, tras la exploración, es rotundo: "Agresión sexual". El hombre, que fue detenido de madrugada, ha pasado esta mañana a disposición judicial y ya se encuentra declarando en los juzgados de Mieres. La víctima ha remitido a LA NUEVA ESPAÑA un escrito en el que, dirigiéndose a su agresor, explica cómo se siente. En esas palabras hay rabia y la súplica a las víctimas de que no guarden silencio: "Estoy asustada, nerviosa, triste y enfadada. Todo a la vez, lo que me ha pasado es muy injusto, debería sentirme libre y sin miedo", afirmó la joven en conversación con este diario.

Ni libre, ni sin miedo se sintió durante los hechos que denunció en la madrugada de ayer. La joven declaró que se encontró con su agresor en la calle. Él salió de un bar y la siguió por la acera contraria, caminando en su misma dirección. Cuando él llegó a su casa (en esa calle), la paró. Le preguntó por su progenitor y le pidió que la acompañara a casa "porque tenía que darle una cosa para su padre".

Ella confió y subió al piso. Ni en la calle ni en las escaleras para acceder a la casa el hombre hizo ademán de tocarla. Ya dentro de la vivienda, siempre según la denuncia, le dijo "vaya buena que estás, hija de puta". La cogió por el brazo derecho con fuerza, continúa la denuncia, "arrastrándola hasta una habitación que está al lado de la salita". La tiró en la cama, sin soltarle la muñeca derecha. Él la forzó entonces. No le pegó, pero "le hizo daño por como la tenía cogida por la muñeca derecha, a pesar de que intentó apartarlo con su mano izquierda mientras que le hacía eso, sin conseguirlo". "Vaya buena que estás hija de puta" y "no sabes la de pajas que me he hecho pensando en ti", dice la víctima que repetía él durante el acto. Ella le mandó parar, sin éxito, hasta en cuatro ocasiones. La joven consiguió escapar porque el hijo de su presunto agresor entró en la habitación y él se asustó. Fue directa al centro de salud de La Cuadriella, muy próximo a la casa del presunto agresor.

Los hechos, desde que ella entró en la casa hasta que pudo salir, duraron cerca de media hora. La víctima aseguró ayer que "sentí un miedo que me paralizaba. Soy muy menuda, él es mucho más fuerte y yo no podía hacer nada para defenderme". Del centro de salud fue derivada al hospital Álvarez Buylla de Santullano. Llegó acompañada por dos agentes de la Guardia Civil. La víctima presentaba "llanto fácil y autoculpa".

Un sentimiento que aún reflejaba ayer por la tarde. "Tengo la sensación de que nunca será culpa suya. Parece que el 'no' siempre parece un 'quizás'".

El hombre nunca antes había abusado de ella. Sí hubo alguna insinuación: "Solía decirle que ella era su novia y la saludaba tocándole el hombro". El hombre fue detenido en la madrugada de ayer, en torno a la una. Se han abierto diligencias. La víctima ya ha dictado su sentencia, a través del escrito que remitió a este diario: "Me jodiste la vida. Jodiste la vida a alguien que tenía todas las ganas de aprender a querer".