Tremendo susto el que se llevaron el miércoles los vecinos del número 45 de la calle Ramón y Cajal de Mieres. Y es que a media tarde , parte de un alero de la fachada del edificio se vino abajo. Por suerte, no pasaba nadie por debajo en el momento en el que los ladrillos se desprendieron de la pared. En pocos momentos, llegaron los bomberos y la policía local para asegurar la zona y comprobar que el resto de la cenefa no se iba a desprender. En la fotografía, los bomberos, en la autoescalera, llegan a la zona dañada del edificio.