"Si llueve, que llueva", dice el lema. Y, aunque en algunas ediciones, a los asistentes del Descenso Folclórico del Nalón no les hizo falta zambullirse en el río para acabar empapados de agua, en esta ocasión el tan añorado sol asturiano acompañó. Y lo hizo durante todo el día. Tal fue el calor y el azul del cielo que, si no llega a ser por la brisa del Nalón, la escena de ayer podría haber sido perfectamente la de un sábado de agosto en la playa. Sillas de todos los estampados se amalgamaban en las aceras de la Avenida Libertad y los asistentes, con sus gafas de sol y abanico en mano, aplaudían ensimismados las elaboradas embarcaciones que recorrían las calles. Ni fueron pocas, ni fueron usuales. En esta edición, 41 carrozas recorrieron las calles de Laviana y se "tiraron" al Nalón en Puente d'Arcu para llegar al prau de la Chalana. En asistentes, la festividad tampoco se quedó corta. Casi 4.000 personas bajaron el río Nalón y otros tantos acudieron para presenciar el jolgorio desde fuera.

Nacho Martínez y su hermano Mario lo sabían, así que acudieron con tiempo de sobra para ver pasar las carrozas. "Llevamos aquí desde las tres de la tarde, pero es que esto no nos lo podemos perder", explicaban sosegados. Aunque llevaban 37 años participando, hace unos años que viven la experiencia desde fuera. "Nuestras hijas ya nos han dado el relevo", explicaban risueños mientras las buscaban con la mirada. Para otros, sin embargo, era la primera vez. Olga Ordóñez, de 88 años, miraba boquiabierta las embarcaciones. Era su primera vez en esta fiesta. Sin embargo, eso tenía su explicación: "Yo es que no soy de aquí, ¿eh? Soy de Sama", se justificaba riendo.

Esta excusa parece perder su validez si se considera le experiencia de otros asistentes, como Tim Levine y Maxi Cuetos, que, a pesar de vivir en Texas, no se pierden ningún año la festividad. Otros, como Kamil Jakubik y Ewelina Mikusiwska vienen desde Polonia por segunda vez, donde hay celebraciones parecidas, pero no "con este ambiente y estas carrozas tan elaboradas"

Pero si hay alguien que vino de lejos, ese fue Donald Trump. Porque, aunque la temática de las embarcaciones suele caracterizarse por su variedad, en esta edición del Descenso Folclórico del Nalón, la situación política actual asumió todo el protagonismo. Como ya se lleva viendo en otras festividades de la región, Trump entró en escena. Y no dejó indiferente a nadie. Ni a los asistentes ni al líder norcoreano, Kim Jong-un, que perseguía al presidente norteamericano montado sobre un amenazador misil.

Trump iba en un bote a la deriva. En este caso, a la deriva del Nalón, huyendo de Kim Jong-un. Y, aunque el Tío Sam se esforzaba por retenerlo, solo el rascacielos que coronaba la carroza decidió frenar al avance de la construcción chocando contra todo árbol habido y por haber.

Por si Kim Jong-un, el Tío Sam y la vegetación lavianesa fueran poco, los grandes líderes de la Revolución cubana seguían muy de cerca al presidente estadounidense. Detrás de la gran carroza de la peña "El Bajo", sonaba "Comandante Che Guevara" a todo volumen. Amalio Cuetos, uno de los integrantes de esta embarcación, se mostraba muy claro al respecto: "Trump no es solo el enemigo del pueblo, sino también la competencia de nuestra carroza". Fidel Castro también vigilaba el avance de la construcción. "Si había una Cuba libre, ahora habrá una Chalana libre", decía entre risas.

Música y cine

El mundo de la música tampoco quiso perderse esta celebración, que resultó ganadora del certamen #MiFiestaEslaMejor, otorgado por Club Rural el pasado junio. Aunque la música del momento fue la gran protagonista en la mayor parte de las carrozas, los grandes clásicos de la historia del Rock tuvieron su espacio y sus seguidores. Y no fueron pocos. No podía ser de otra manera si tenemos en cuenta que la peña "Barettini", con una inversión de más de 12.000 euros y el trabajo de más de 300 integrantes, decidió invitar a Led Zeppelin, AC/DC y los Rolling Stones para que tocasen por las calles lavianesas para deleite de todos los que pasaban por allí.

Y si la música acompañó todo el desarrollo del festival fluvial, el cine no quiso quedarse atrás. La peña "LDP" desarrolló una carroza en homenaje a la saga de Star Wars y sus socios, todos vestidos de blanco y con las espadas de gomaespuma en la mano, celebraron por todo lo alto este antroxu fluvial. Los más pequeños, también disfrutaron de una carroza hawaiana, en la que Stitch, el protagonista de la película "Lilo y Stitch" encabezaba la construcción. Y si Lilo se hizo pasar por un perro en la película, en el 51ª Descenso Folclórico del Nalón, no hicieron falta mentiras. Pipo fue uno de los cientos de perros que acudieron al descenso con sus familias humanas para pasar el día de sol y jugar en el Prau de la Chalana.

Porque, al fin y al cabo, si por algo se caracteriza esta celebración es por la unión entre gentes de lo más diverso. Si unos van con sus amigos perrunos, otros llevan a sus hijos e incluso, a sus nietos. Es el caso de Samuel Suárez, que con solo diez años lleva al menos cuatro colaborando con sus amigos y familiares en la peña. Otros todavía no pueden colaborar, pero seguro que se convertirán en grandes seguidores del festejo. Ejemplo de ello es Daniella Voces, quien con solo cinco meses ya presenció ayer su primer descenso folclórico. Una buena noticia para garantizar que este festejo, cada vez más conocido a nivel nacional e internacional y que ayer celebró su 51.º aniversario, siga desarrollándose y saciando la sed de cultura, diversión y compromiso asociativo de los vecinos de Laviana.