Los osos han llegado para quedarse a la comarca del Caudal. El censo de población de osas con crías en la Cordillera Cantábrica, presentado hace unos días, trajo una buena noticia para la comarca: hay ya dos hembras con esbardos asentadas en la vertiente lenense del parque natural de Las Ubiñas-La Mesa. Es todo un avance en la recuperación de la especie, ya que la presencia de hembras asegura un mayor tránsito de plantígrados por el corredor osero (el territorio que une las poblaciones de oriente y occidente, que incluye los municipios de Aller y Lena).

"Es una gran noticia para todos". El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, aseguró que "es un dato muy importante que haya ya dos osas con crías en Lena, pero lo que es realmente esperanzador es saber que hay un núcleo reproductor muy potente en el Principado". Los datos totales de la Cordillera Cantábrica suman 41 osas con 73 crías. De este balance, se desprende que 27 osas y 50 esbardos están en la zona occidental de Asturias y ocho hembras con catorce crías en la de Castilla y León. Se estima que la población de oso pardo en la Cordillera se sitúa en una horquilla de entre 230 y 270 ejemplares.

La presencia de dos osas en Lena, territorio del corredor osero, significa que "aumentará el paso entre las dos poblaciones, con un mayor tránsito de machos", destacó Palomero. Un paso más para el objetivo final en la recuperación del oso pardo: lograr que se unan los ejemplares de occidente y oriente. La comunicación y el tránsito entre ambas poblaciones está más que probado, a través de los distintos análisis genéticos que reflejaron la presencia de crías con carga genética mixta (esbardos de osos de oriente y occidente que se aparearon).

En el otro municipio del corredor osero en Asturias, el de Aller, las noticias aún no son tan buenas. No hay osas asentadas, pero está claro que el tránsito de ejemplares por el municipio es cada vez mayor: "Todos los años se recibe alguna alerta de avistamientos o de daños en colmenares", afirmó Palomero. Y este verano, hubo una noticia aún más impactante: ganaderos y vecinos del valle de Cenera (Mieres) aseguraron que un oso rondaba los montes de la zona. El Gobierno regional confirmó que un oso había atacado a un burro muy cerca del pueblo de Villar.

"Es la prueba definitiva de que el hábitat de la comarca es excepcional", aseguró Palomero. De hecho, el corredor osero tiene mejores recursos en la vertiente asturiana. No en vano, la Fundación Oso Pardo abordó un ambicioso proyecto en la zona para mejorarla. Invirtieron algo más de un millón de euros, de los fondos europeos de un proyecto LIFE, en el acondicionamiento de la zona y en la plantación de árboles. Tienen un doble cometido: servir de cobijo y dar alimento con sus frutos. Es mejor que el hábitat de los municipios de León, afirman los expertos. Pero estos osos son un poco cabezotas. Por el momento, y aunque en Asturias cada vez hay más movimiento, todas las evidencias apuntan a que prefieren cruzar de una población a otra a través de la comunidad vecina.