El avance de la avispa asiática ("Vespa velutina") por el valle del Caudal parece ya imparable. Los vecinos de Cabañaquinta están asustados tras la aparición del segundo nido en la comarca (el primero fue en Lena, hace unas semanas): "Vinieron a quitarlo, pero aquí aún hay avispas. Tienen que acabar con ellas, esto es un peligro", clamaron ayer en la capital allerana. El nido apareció en el alero de la casa de Vicente Marcos Díaz Trapiello, que lleva unas semanas vacías.

Un golpe de buena suerte para la familia de Trapiello, con mujer y una hija de doce años. "Estamos pasando una temporada en casa de mis suegros, así que no había nadie en esa vivienda", explicó el allerano. Recibió la llamada de un vecino, el domingo por la noche: "Me dijeron que había un nido de avispa asiática. Vine el lunes a primera hora y, efectivamente, comprobamos que así era". Llamaron, sin perder el tiempo, al Centro de Coordinación de Emergencias del 112-Asturias: "En esta zona hay muchas casas y suele ser lugar de paso, temíamos que pudiera haber una desgracia", señaló.

Es zona de paso casi obligatorio para los vecinos de la capital allerana. La casa de Vicente Díaz Trapiello está cerca del centro y muy próxima a una fuente, a la que acuden muchos para beber a diario agua natural. No es de extrañar que la actuación de los efectivos de bomberos del SEPA, que llegaron al lugar el lunes por la tarde desde el parque de Mieres, despertara una gran expectación. Se congregaron, a una distancia prudencial, decenas de personas.

Los vecinos observaron en silencio el trabajo de los bomberos. Con trajes de protección, accedieron a la segunda planta de la casa para llegar al alero desde la ventana. Alcanzaron el nido, que descolgaron para que cayera a la antojana. Ya en el suelo, lo rociaron con un spray y le prendieron fuego. "Nunca habíamos presenciado una actuación así, no sabemos si fue lo adecuado pero desde luego no fue el final del problema", afirman ahora los vecinos.

La intervención duró diez minutos, el miedo sigue en la calle. "Aún hay avispas, no terminaron con todas", lamentó ayer la vecina Mayte Díaz, que vive a escasos metros de la casa en la que apareció el nido. Ella teme por la integridad de su familia, en la que hay dos nietos. Los niños son la alegría de la casa, pero estos días tienen limitadas las visitas: "Tengo mucho miedo de que les pase algo a los dos pequeños o a nosotros, a mí me da mucho miedo por todos los de casa", aseguró ayer Mayte Díaz.

También por los de fuera. Según la vecina, "a esta fuente vienen cada día muchos vecinos, más de diez, para recoger el agua. Ahora estamos aquí con este peligro constante, nos sentimos angustiados y con miedo de salir de casa". "Ayer (por el miércoles) estaba pintando el corredor y me metí para casa porque vi una", aseguró.

El concejo ya había tenido varios "avisos" de la "Vespa velutina". De hecho, hace dos años, un vecino de Oyanco sufrió picaduras de la especie invasora. Tuvo que ser trasladado, sin conocimiento, al hospital Álvarez Buylla. Estuvo convaleciente en casa unos días, hasta que pudo retomar su vida normal. Lo mismo le ocurrió hace un año a Miguel López, vecino de Boo que sufrió el ataque de varios ejemplares de la especie invasora cuando iba con su caballo al monte. No llegó a quedar sin conocimiento, pero requirió asistencia.

Los apicultores también habían reclamado al Principado que tomara medidas "drásticas" antes de que la avispa entrara en el concejo. Ahora ha llegado, y los vecinos de Cabañaquinta exigen una actuación sin medias tintas: "Que las exterminen a todas".