En pleno debate sobre la transición energética hacia un modelo menos contaminante y más limpio en cuanto a emisiones, y con el cierre de las minas de carbón y las centrales térmicas en el punto de mira en el Gobierno, los datos de generación en lo que va de año siguen dando a la energía producida con carbón un peso importante en el mix energético nacional. En los siete primeros meses del año, el carbón ha sido la cuarta fuente de generación eléctrica, aunque ha habido meses que se ha colocado como segunda o tercera fuente ante la caída de las renovables. Sin ir más lejos, en el último mes, julio, las térmicas solamente se vieron superadas por la energía nuclear, que produjo casi el 20% de la electricidad del país. Parece haber un consenso general en que el futuro pasa por un producción energética menos contaminante, pero también que el carbón tiene un peso y aporta unos factores -seguridad energética, estabilización de precios de la luz- que son difíciles de cubrir a día de hoy.
Los datos más recientes publicados por Red Eléctrica de España (REE) son del mes de julio. Y la generación eléctrica con carbón se disparó precisamente por la caída de las renovables. El mineral fue la segunda fuente, con un 17,6 por ciento de los gigavatios/hora que se produjeron en España, solo superado por el 19,7 por ciento de la nuclear. La tercera y cuarta fuente de generación fueron las renovables: eólica (15,7) e hidráulica (15,2). En quinto lugar se sitúan los ciclos combinados, con un 10,2 por ciento de la energía generada. Otras energías, como las solares (fotovoltaica y térmica) o la cogeneración tienen un papel mucho menor.
Salvo en los meses de marzo y abril, donde la presencia de las térmicas de carbón apenas supuso un 5,7 y un 6,9 por ciento del total de la generación, la energía generada por el mineral se ha situado en cada mes por encima del 11%. De hecho, en esos dos meses, la causa del descenso del carbón fue precisamente el importante incremento de la generación de luz con las renovables. En marzo, la eólica fue la fuente más productiva, con un 33,1 % de la energía generada. La hidráulica supuso en el tercer mes del año el 18,9 por ciento de la energía. Y en abril, la electricidad generada a través del agua supuso un 24 por ciento y la del viento un 22,5 por ciento, desbancando ambas a la energía nuclear, tradicionalmente la que más viene aportando al mix energético nacional.
En el cómputo general del año, el carbón se sitúa como la cuarta fuente, aportando el 12,14 por ciento de la electricidad producida. Esto lo que evidencia un importante peso todavía en el mix energético, un hecho que da argumentos a los defensores de este tipo de producción y a quienes abogan por dar continuidad a la minería estatal. También se trata de evitar una subida desorbitada de precios, que en los meses de verano se ha llegado a incrementar un 11 por ciento. En lo que va de año, la fuente energética que más energía ha generado ha sido la eólica. Los parques de molinos de viento en España han producido un 21,27 por ciento, liderando las estadísticas en los tres primeros meses del año, y cayendo de forma notable en los tres últimos.
En segundo lugar se sitúa la energía nuclear (20,43 por ciento entre enero y julio), que ha sido la más fuente a la que más se ha recurrido en los meses de mayo, junio y julio, con porcentajes del 19,7, 19,4 y 19,7 respectivamente. Y el podio lo completa la hidráulica (16,7 por ciento de electricidad generada), que alcanzó su cénit en abril, produciendo uno de cada cuatro gigavatios.
En el quinto lugar del mix energético español se han consolidado los ciclos combinados de gas, que aunque no llegan al 10 por ciento de la energía generada en lo que va de año se acercan al carbón. Un carbón cuyo futuro debe resolverse en poco más de cuatro meses, en los que el Gobierno del PSOE tendrá que dejar claras sus intenciones.
