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Los jabalíes castigan las pomaradas

El grupo sidrero Trabanco pide incrementar las batidas ante los daños causados por la especie en sus plantaciones de las comarcas mineras

Parte de la plantación de la Braña'l Río, propiedad del Grupo Trabanco, en Langreo. JUAN PLAZA

Ni el pulgón ceniciento, ni la araña roja, ni la recién llegada avispa asiática. El mayor peligro al que se enfrentan los manzanos de sidra de las comarcas mineras es el jabalí. El Grupo Trabanco, que explota las plantaciones de las antiguas minas a cielo abierto de Hunosa, se ha visto obligado a replantar este año buena parte de los manzanos de la finca de la Braña'l Río, en Langreo, ante los daños ocasionados por la fauna salvaje. "El corzo, pero sobre todo el jabalí, nos están causando un daño enorme porque destrozan los árboles jóvenes y hay que esperar cuatro o cinco años a que vuelvan a crecer", explica Samuel Trabanco, gerente del grupo empresarial gijonés, que pide más batidas para acabar con el problema.

Trabanco expuso que el jabalí "en determinadas épocas en las que no tiene otro tipo de comida derriba los árboles pequeños para comerse las manzanas. Es muy difícil de controlar porque no podemos tener personal recorriendo constantemente las fincas para ver por qué zonas del cercado entran". Los daños ocasionados el pasado año en la plantación de la Braña'l Río, obligaron en este ejercicio a replantar buena parte de los terrenos, la mitad del total de manzanos que había originalmente. Los desperfectos no se han quedado ahí. "Este mismo año han acabado con un 30 por ciento aproximadamente de los árboles de la plantación de San Pedro de Anes y en otras también nos hemos encontrado con problemas", indicó el responsable de la firma sidrera. Y añadió: "Apenas recibes compensación económica por los daños porque, más que la pérdida del árbol, el problema son los años que va a estar sin producir. Se deberían permitir más batidas de caza en la zona para reducir la alta población de jabalíes".

Sesenta hectáreas

El Grupo Trabanco posee sesenta hectáreas de plantaciones en antiguas minas a cielo abierto de las Cuencas. En concreto, cuenta con pomaradas en La Braña'l Río, Pampiedra, Mozquita-Matona (entre Mieres y Langreo); Morgao y Pumardongo (Mieres); y San Pedro de Anes (Siero). En las plantaciones se han instalado sistemas de riego por goteo, con el objeto de garantizar su producción ante posibles sequías.

Hunosa impulsó hace dos décadas la creación de plantaciones hortofrutícolas en primitivas escombreras y explotaciones a cielo abierto con un doble objetivo: buscar nuevas vías de diversificación económica y recuperar los suelos afectados por la actividad extractiva. De forma experimental se plantaron arándanos, tomates, viveros forestales y pomaradas. La manzana fue el fruto que se adaptó de forma más exitosa. Estas pomaradas se encuentran a una altura entre 250 y 500 metros, lo que ofrece varias ventajas. Al encontrarse a más altura el calibre y la calidad del fruto son mayores.

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