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La actividad de la emblemática instalación

La ocupación en Brañagallones llegó este verano al 80%, muy superior a la de 2017

La cifra de turistas aumentó veinte puntos

Encuentro de montañeros celebrado en julio en Brañagallones. FERNANDO RODRÍGUEZ

Brañagallones sigue creciendo como reclamo para los visitantes. El primitivo parador, que en 2016 fue reconvertido en refugio para montañeros, senderistas y turistas en general, registró este verano una ocupación del 80 por ciento, 20 puntos por encima de la media de la pasada temporada estival. El equipamiento -gestionado por la Federación de Montaña, Escalada y Senderismo de Asturias- también maneja unas halagüeñas perspectivas de ocupación para lo que queda de septiembre y octubre, con el cartel de completo para los fines de semana de ambos meses.

"No sabemos muy bien el motivo porque el tiempo no acompañó, pero lo cierto es que este año hemos tenido un gran mes de julio, muy bueno, mucho mejor que el de el año pasado, que fue regular", indicó José Manuel Prado, guarda del refugio de Brañagallones, que añadió: "En agosto tuvimos mucha gente, en la línea del pasado año. En total, calculamos que en ambos meses ha habido una ocupación media del 80 por ciento, lo que no está nada mal si tenemos en cuenta que hay capacidad para alojar a cuarenta personas. Será un 20 por ciento más que en el verano del año pasado".

Prado expuso que en julio el perfil predominante del visitante se corresponde con montañero, pero en agosto "se abre mucho más, con una abundante presencia de familias, no sólo de gente que viene a pernoctar, sino personas que están alojadas en otros puntos del parque de Redes, o incluso en Llanes y Ribadesella, y vienen a pasar el día. A conocer el refugio, tomarse algo y dar una caminata por los alrededores", relató el responsable de la gestión de la instalación.

Balance

Brañagallones, que reabrió sus puestas como refugio en septiembre de 2016, cerró su primer año completo de actividad (en 2017) con un buen balance de visitantes. En total, se registraron más de 2.000 pernoctaciones. La mayoría de los visitantes eran asturianos, aunque también pasaron por el equipamiento turistas de Madrid, Levante, Cantabria y el País Vasco.

El inmueble de Brañagallones se había inaugurado como hotel de montaña en el año 2005. El Principado firmó entonces un contrato de explotación con la empresa Lujasa. Se acondicionó como parador de tres estrellas, pero el proyecto no llegó a cuajar. La instalación sólo estuvo abierta cuatro años, hasta 2009, afectada principalmente por los desperfectos que se detectaron un invierno y que no se arreglaron.

Llegó el cierre, que se prolongó hasta septiembre de 2016. La Federación de Montaña se hizo con la gestión de la instalación y el Principado desembolsó 50.000 euros para adaptar el edificio.

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