El artista mierense César Frey, más conocido como "El séptimo crío", resultó premiado en la segunda edición del certamen nacional de arte urbano en honor de Juan Carlos Argüello, "Muelle", considerado como el primer impulsor en nuestro país del arte del grafiti al estilo de los principales artistas de la vanguardia neoyorquina. El concurso, en el que Frey quedó en segunda posición, tuvo lugar en Madrid, concretamente en el distrito de La Latina, de dónde era Muelle.
El mierense presentó un boceto en el que mostraba un retrato de Muelle en una azotea con el horizonte de la capital española donde se podían apreciar, entre otros elementos, Torrespaña, más conocido como "el piruli"; las torres Kio o los nuevos rascacielos del Norte de Madrid. "No me gusta mucho presentarme a concurso, pero éste era nacional y llevaba el nombre de Muelle, que para mí, como para muchos de mis compañeros de profesión, es todo un símbolo", destacó Frey. Desafortunadamente, aunque quedó en muy buena posición en el certamen con una más que honroso segundo puesto, su boceto no será una realidad, al menos de momento, ya que sólo el primer premiado lo plasmaría en un grafiti. En este caso, el afortunado fue Enrique Suárez Rodríguez, con su obra "Gracias Muelle", que representa la figura del grafitero junto a la boca de metro de Campamento y la inspiración que representa para una grafitera.
A pesar de eso, Frey no se mostró desanimado, "todo lo contrario, quedé en muy buena posición y además hice un montón de contactos", afirmó.
No es la única iniciativa en la que "El séptimo crío" está metido. Tal y como aseguró, está inmerso en un proyecto multidisciplinar en colaboración con la casa de subastas Durán, de Madrid, a la que representó hace unos años en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO) de Madrid. "Estoy terminando otro proyecto y espero bajar a Madrid en diciembre para cerrar el contrato con ellos", explicó el artista. Frey se hizo popular por hacer grafitis como el retrato de David Villa en el polideportivo de Cabañaquinta, considerado el mayor retrato en calidad hiperrealista de la historia; pintar la fachada del madrileño Teatro Lara o decorar la casa del actor Juan Manuel Montilla "El Langui".
