Los trenes de la antigua Feve no circularán por el tramo soterrado de Langreo, como mínimo, hasta abril de 2020, un año después de lo previsto en los últimos cálculos que manejaban los anteriores gestores del Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias). Los problemas jurídicos surgidos con la competencia de la obra de instalación de la denominada superestructura ferroviaria (vías, catenaria y señalización), que han obligado a modificar el convenio, han supuesto un nuevo varapalo para un proyecto que está en marcha desde finales de 2009. Según explicaron a este diario responsables del Adif, una vez que quede solventado este problema (la idea es que se apruebe la modificación del convenio en un mes) se tardarán al menos otros ocho meses en licitar la obra y nueve más en ejecutarla con lo que, si todo va según esos plazos, los convoyes podrían estar circulando en pruebas en abril o mayo de 2020.
El anterior Gobierno central de Mariano Rajoy había fijado un calendario según el cual la obra debía haberse licitado el pasado mes de marzo y empezar a ejecutarse en agosto, con la idea de que los trenes ya circulasen en pruebas en marzo de 2019. Esos plazos -muy aventurados ya que sólo fijaban cinco meses para el proceso de contratación- no se cumplieron. Ni siquiera llegaron a ponerse en marcha, ya que recientemente trascendió que el proyecto llevaba meses bloqueado por un problema jurídico. Para que el Adif pueda hacerse cargo de la superestructura, es necesario modificar el convenio original, al ser el proyecto competencia del Principado. En la reunión celebrada la pasada semana en Madrid, los nuevos responsables del organismo estatal informaron al Ayuntamiento y a la Consejería de que se daban un plazo de una semana para enviar el borrador, otra más par consensuarlo con las administraciones implicadas y dos o tres más para aprobarlo.
Este trámite ya debería desbloquear la licitación de la obra, aunque el plazo para poder poner en marcha los trabajos será superior al previsto inicialmente, según expusieron desde el Adif. "El plazo que transcurre entre la licitación de las obras y el inicio de éstas, como consecuencia de la nueva Ley de Contratos que entró en vigor el pasado 9 de marzo de 2018, puede rondar aproximadamente los ocho o nueve meses. El plazo de ejecución de las obras según los proyectos redactados es de nueve meses. Una vez finalizada la obra por parte de Adif se pondrá a disposición para las pruebas de los trenes y para la puesta en servicio del mismo por parte de la Aesf (Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria)".
El problema surgido con el convenio es el único obstáculo que, en principio, queda por sortear ya que el proyecto de instalación de la vía y su electrificación está redactado y hay consignación presupuestaria. El trazado soterrado discurre en todo su recorrido bajo la traza original de la línea Gijón-Laviana. La longitud total de la actuación es de 2.947 metros. "El proyecto incluye la instalación de vía en placa en el tramo de falso túnel y sus rampas de acceso, la adecuación de la plataforma y la instalación de vía en balasto en los tramos a cielo abierto, entre otros elementos. Se instalará catenaria rígida en el tramo soterrado en falso túnel y rampas de acceso, y catenaria convencional en los tramos a cielo abierto", indicó el Adif.
En lo referente a las instalaciones de protección civil y seguridad "se incluyen acometidas eléctricas; equipamiento de ventilación; alumbrado de emergencia y evacuación; sistemas de detección y protección contra incendios y sistemas anti-intrusión". El proyecto también incluye obras de carácter complementario "como el cerramiento de márgenes en tramos a cielo abierto".
