El alcalde de Laviana, Julio García, recogió el guante lanzado por los propietarios del cine Maxi y mostró la disposición del Ayuntamiento a sentarse a negociar la compra del emblemático inmueble, que goza de la figura de protección integral. Eso sí, antes de entablar cualquier conversación, los dueños del edificio (la familia Pesquera) deben hacerse cargo de las reparaciones exigidas por el Consistorio, que ascienden a 78.000 euros. En caso de que no se atienda esta petición, el propio Ayuntamiento ejecutará la obra y repercutirá posteriormente los costes a los propietarios del inmueble.

"Han explicado que están dispuestos a vender y nosotros no tenemos ningún problema en sentarnos a hablar, pero vamos a seguir exigiendo que se afronten antes las reparaciones que necesita el inmueble. Los propietarios tienen que entender que el deterioro del edificio no puede ir a más y, por razones de seguridad, hay que solucionar algunos problemas que afectan tanto a los vecinos que pasen por la calle como los propietarios de las viviendas colindantes", argumentó García.

El regidor lavianés apuntó, en la misma línea, que "una negociación de este tipo no se resuelve en un día ni en dos y las mejoras que necesita el cine Maxi son urgentes". García rechazó entrar a detallar cifras sobre lo que estaría dispuesto a pagar el Ayuntamiento, aunque expuso que sería una oferta "ajustada a la realidad actual" porque "la situación ha cambiado mucho" desde que el Consistorio intentara hacerse con el inmueble poco después de que cerrara sus puertas, en 1998.

Según el gobierno local, los propietarios deberán hacer frente a a la ejecución de obras en el revestimiento de fachada del edificio y "también se debe actuar sobre la carpintería deteriorada, ventanas que se encuentran sin cristales; vegetación que se encuentra en puntos como canalones y desagües; y tejas que han desaparecido de los falsos aleros", entre otras.