La historia de los mastines "Nayro" y "Neska", dos perros rescatados en Cabornín (Riosa) con signos de haber estar sometidos a un grave maltrato, ha generado consternación en el municipio. La vecina que se hizo cargo de los animales, Mónica Cueto, y la Asociación Más que Chuchos vigilan de cerca su recuperación y reclaman a los cuerpos de seguridad que investiguen el caso para dar con los culpables. La entidad animalista presentará una denuncia por maltrato animal en los próximos días.

La situación en la que llegaron los mastines a Cabornín puede herir sensibilidades. Sufrían heridas muy graves, especialmente "Nayro". El macho tenía una laceración muy profunda en el cuello, que hizo sospechar a su cuidadora y a los responsables de Más que Chuchos que alguien pudo intentar ahorcarlo. Pesaba dieciséis kilos (el peso que corresponde a un perro de su edad, talla y raza ronda los cuarenta kilos) y tenía daños en los huesos de las patas traseras. "Es el síntoma de haber estado atado en corto siempre y haber pasado la mayor parte de su vida sentado, sin moverse", explicó Mar Martínez, de la asociación Más que Chuchos. "Neska" también sufría infrapeso y algunas heridas en el lomo.

Los dos perros llegaron a Cabornín exhaustos, el 4 de octubre. Aunque "Nayro" se mostraba un poco más cauto los primeros días, "Neska" fue cariñosa en todo momento. Desde entonces están en casa de Mónica Cueto, ya que su estado de salud no permite trasladarlos a un albergue. "El perrín ("Nayro") ha mejorado mucho", explicó la riosana. Ya pesa cerca de veinte kilos, aunque en los últimos días ha estado desanimado e inapetente. "Quizás le resulte algo fuerte la medicación", explicó Cueto. Tuvo que someterse a una intervención en el cuello.

Los animales mejoran, pero sus dueños siguen sin aparecer. "Creemos que hay una desatención total en estos casos", aseguró Blanca Pontiga, presidenta de Más que Chuchos. Y quieren dar un paso al frente. Según Pontiga, "ahora mismo estamos estudiando la mejor fórmula para presentar una demanda". Muy posiblemente acudan al Ministerio Fiscal e interpongan una denuncia por maltrato animal. El principal problema es que "no tenemos ninguna colaboración vecinal" y será complicado dar con los propietarios de los perros. Según los responsables de la entidad, ni "Neska" ni "Nayro" llevaban chip. "Estaban totalmente desatendidos desde su nacimiento", sentenciaron las portavoces de Más que Chuchos.