Llegó de noche a casa y empezó a golpear a su pareja. También intentó clavarle un cuchillo, según la víctima. Ella mostró, unos días después, las marcas de aquella paliza a LA NUEVA ESPAÑA. Estaba "atemorizada, sin dormir y con ganas de salir del infierno", confesó entonces.

Ocurrió en San Martín del Rey Aurelio, en abril de este año. El juicio por este caso de violencia machista iba a celebrarse ayer, en el Juzgado de lo Penal de Langreo. Pero hubo acuerdo entre las dos partes. El hombre salió en libertad tras conseguir un acuerdo con la Fiscalía de Asturias: aceptó quince meses de cárcel, que se le conmutaron por el tiempo que ha pasado ya en el centro penitenciario de Asturias (desde aquella noche de abril) y con la condición de someterse a un tratamiento para abandonar el alcohol. Además, tiene una orden de alejamiento de la víctima de 300 metros y la prohibición de visitar el pueblo en el que ella vive.

El letrado de la víctima había solicitado la pena máxima para los dos delitos que se le imputaban al hombre: lesiones y amenazas. Decidieron llegar al acuerdo para "evitar el daño psicológico que podría suponer para mi defendida el paso por la sala", explicó ayer el abogado. Por el delito de lesiones, el hombre aceptó nueve meses de prisión y suspensión del permiso de armas durante dos años. También una orden de alejamiento de trescientos metros y la prohibición de residir o visitar el pueblo en el que vive la víctima. Aceptó la misma prohibición por el delito de amenazas, que también conllevó una pena de seis meses de prisión y alejamiento durante un año y seis meses de la víctima.

El hombre quedó ya en libertad ayer, pero con condiciones. Habrá una suspensión de la pena, habida cuenta de que sólo estuvo en prisión seis meses y la condena es de quince, si incumple alguna de las medidas interpuestas por la Fiscalía de Asturias. También está condicionada a que el hombre abandone el consumo de alcohol y se someta a un tratamiento de desintoxicación de toxicomanías. Y siempre y cuando no vuelva a delinquir.

La víctima salió del Juzgado junto a su abogado, mientras que su agresor fue trasladado de nuevo a las dependencias de la cárcel de Asturias para tramitar su puesta en libertad. La mujer aseguró en la denuncia presentada cuando tuvieron lugar los hechos que él le pegaba desde hacía años: "Me dejó muerta en vida, me pegaba a diario", había asegurado. También cree que aquel día, el que motivó el acuerdo alcanzado ayer, salvó la vida "de milagro".