El miedo es libre, dicen. Y, como el amor, no entiende de raza, sexo ni religión. Bien lo demostraron ayer en Mieres, que este año celebra el Samaín (Halloween celta) con una temática distinta: los disfraces tenían que estar relacionados con la multiculturalidad y, más en concreto, con los continentes de África, Asia y Oceanía.

Ahí llega una actriz de "Bollywood".

-No, no soy actriz. Soy Emma Ruipérez.

La primera en llegar al desfile de Samaín en Mieres, que salió de la Biblioteca, y vestida para la ocasión: cinco años de salero en un bonito traje que sus tíos le trajeron de Singapur. "Es que mi tía vive en India, tengo muchas ganas de ir a verla", afirmó la pequeña.

No fue la única que se puso el sari. Carla Hevia, Carla Fernández y Nora González se vistieron de jóvenes hindúes sin que les faltara detalle. "La cara nos la maquilló mi madre, pero los tatuajes de las manos nos los hicimos nosotras con un rotulador", explicó Carla Hevia. ¿Qué saben de la cultura? Pues bastantes detalles: que las chicas cambian de sari según su estado civil, que las viudas van de blanco y que también tienen que cambiar el bindi (el lunar de la frente) en momentos determinados de su vida. Eligieron este disfraz porque les pareció "el más bonito que podríamos vestir. Nos hacía mucha ilusión".

La sala de la biblioteca se sorprende con los nuevos visitantes: Enma y Tristán Romo, los dos llegados desde China. Ella es un guerrero de Terracota, él un dragón enfurecido. "Estuve dudando entre varios disfraces, pero lo cierto es que me interesa mucho la cultura china", aseguró Emma Romo. Su hermano no está muy convencido de si los dragones existen, pero prefiere creer que sí: "Son muy chulos", aseguró.

Poco duró la tranquilidad. La biblioteca se llenó de colores cuando entraron varios miembros de una tribu masai. Llegados directamente desde África, lucían bonitas pulseras y collares en el cuello. Un bastón, listos para bailar, aunque el desfile hasta Requejo se deslució mucho por la lluvia. Lástima que al orbayu no hay danza que lo pare.

Lecturas de miedo

La biblioteca de La Casona de Campomanes también se llenó de miedo ayer. Las responsables de la sala de lecturas organizaron el Samaín en la localidad con una tarde para todos: cuentacuentos terrorífico en asturiano y una charla para los mayores, en la que José Ramón "Monchi" Estrada trató "Cosas de brujas". Entre el público se compartió un brebaje que prometía volar en escoba sin cansar. Las malas lenguas dicen que sólo era vino caliente.