La Casa de Cultura "Escuelas Dorado" de Sama de Langreo acogió la conferencia "La Revolución de 1934 y su contexto histórico", impartida por Faustino Zapico, historiador y profesor del IES Cuenca del Nalón y organizada por el PCE de Llangreu y Juventudes Comunistes de Llangreu con la colaboración del Ayuntamiento y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. El acto fue presentado por el portavoz de Izquierda Unida en el ayuntamiento langreano, Jonatan López, que puso de manifiesto su gratitud hacia el ponente "y a todos quienes lleváis a cabo la encomiable labor de ofrecer a la juventud enseñanzas críticas y rigurosas". Del mismo modo destacó que "los mineros y obreros de la Asturies del 34 fueron grandonos para todo y no querían una Asturias independiente como la que se reclamaba en la Generalitat de Cataluña, sino que esperaban una insurrección en todo el territorio que construyera un estado obrero con los ojos puestos en lo que había ocurrido en Rusia en 1917".

Faustino Zapico manifestó que "la Revolución del 34 es aún hoy en día un episodio incómodo para algunas fuerzas políticas y se la intenta presentar como el detonante que justificó el golpe de estado de 1936, algo que incluso algunas formaciones políticas de izquierdas asumen y que en absoluto se corresponde con la realidad". El historiador lamentó que a nivel político no se haya reflexionado lo suficiente acerca de lo que supuso la Revolución de 1934 y dejó patente su convicción de la necesidad de que sea el partido comunista "quien más está obligado a llevar a cabo un ejercicio de introspección e interpretación sobre su papel en un hecho de tal cariz histórico". Según el ponente, la revolución no nació "de la nada" y para entenderla es preciso analizar no solo el contexto histórico en el que tuvo lugar, sino también las circunstancias especiales que concurrían a nivel europeo y sobre todo el asturiano. "A diferencia de lo que ocurría en el resto de España, en Asturias existía una industrialización potente con una clase trabajadora muy concentrada en las dos cuencas debido a las minas y las plantas siderúrgicas, lo que favoreció la sindicación, la militancia y que se fuesen expandiendo irremediablemente las ideas propias del movimiento obrero", subrayó.

Ese modelo de desarrollo trajo consigo una clase obrera fuertemente organizada, "puede decirse que la mayoría de los trabajadores estaban sindicados en la UGT, en concreto en el SOMA, aunque existían organizaciones minoritarias como la CGTU o el Sindicato Católico".

En las elecciones de 1933 la mayoría de los diputados por Asturias pertenecían a partidos de derechas y a nivel nacional la fuerza más votada fue la CEDA "una organización política tremendamente reaccionaria que pretende servir a la oligarquía de los propietarios, pero intenta seguir la onda de la democracia cristiana formándose como un partido de masas", destacó. Al mismo tiempo, puso de manifiesto que "en octubre de 1934, Alcalá-Zamora, por entonces presidente de la República, accedió a que Lerroux incluyese a tres ministros de la CEDA en el gobierno y ante esto, los partidos de izquierda se sintieron profundamente decepcionados, convocando una huelga general que fue seguida de modo irregular en todo el territorio español y que tuvo su foco más importante en Asturias".