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"Los Gitanos", origen y fin del maquis

Alfredo Llaneza fue uno de los primeros guerrilleros caídos en Asturias, hace 80 años Su hijo Andrés fue el último abatido en el monte, en 1952

Clementina Llaneza.

"'En el horizonte del monte morían...'.

"Ochenta aniversario del señor Alfredo Llaneza González. Falleció el 4 de noviembre de 1938 en el Vescón de Ludivina".

Esta esquela, publicada el domingo en LA NUEVA ESPAÑA, es el homenaje de Cristina Cuetos y su hermana a Alfredo, su abuelo. Uno de los primeros guerrilleros abatidos en los montes de Asturias tras la Guerra Civil. Un bonito recuerdo con una de las historias más tristes de la posguerra como telón de fondo: todos los miembros de la familia Llaneza, conocidos como "Los Gitanos", sufrieron una persecución letal. Tres de los hijos de Alfredo fueron asesinados cuando también estaban huidos. Andrés Llaneza fue, de hecho, el último guerrillero abatido en el monte. Ramón Zapico, documentado como el último maquis de Asturias, cayó en una emboscada en una casa.

Resulta llamativo que en esa vida desangrada a tiros y persecución, Andrés Llaneza tuviera sitio para el amor: en la chaqueta que vestía cuando lo mataron, encontraron la carta que escribió a su novia y madre de la que posiblemente era su hija. La emplazaba a verse, en verano, "una o dos veces al mes en una casa en la carretera". No pudo entregar la misiva y la identidad de la mujer nunca se aclaró.

Alfredo Llaneza González era un minero socialista. Lo apodaron "El Gitano" por su piel morena. Fue teniente en la República y estuvo al frente de uno de los primeros batallones que resistían en los montes: el Batallón Juanelo. El 4 de noviembre de 1938, en los montes de Santa Bárbara, en el Vescón de Ludivina (San Martín del Rey Aurelio), fue abatido junto a varios compañeros. Entre ellos estaba Arsenio González Llaneza "El Llargu". Fueron los primeros caídos del maquis.

Hombres asesinados y familias a las que quisieron matar en vida. "He recopilado información en los últimos meses, tengo más de quinientos folios de historia", asegura Cristina Cuetos. Ella es hija de Clementina Llaneza, la única niña del matrimonio formado por Alfredo Llaneza y María Rozada. Una mujer guapa y estilosa, se ve en las fotos, y con un carácter "vital y entrañable. Era una persona única", asegura su hija. Falleció en el año 2012. Una sonrisa incansable a prueba de golpes. Perdió a su padre y a tres hermanos, que también tuvieron que huir. Ella y su madre emigraron a Francia, ahogadas por la persecución del franquismo. "Mi madre escribió muchísimo sobre aquellos días, estoy feliz de poder contar con tanta documentación", aseguró ayer Cristina Cuetos.

Pero hay un misterio, cubierto de una niebla bonita, que nadie ha desvelado. El día que Andrés "El Gitano" fue asesinado -el 30 de julio de 1952- vestía "chaqueta verde, pantalón de dril oscuro a ras, camisa encarnada, calcetines rojos con rayas blancas y botas de goma". En el bolsillo llevaba una carta escrita por él, fechada en junio de 1952, y escrita con dulzura. Se dirigía a una "apreciable amiga", que por el contexto se identifica como su novia, y le anunciaba que un grupo de personas le habían ofrecido ayuda. Él no aceptaría nada si su cobijo no incluía a la destinataria de la carta y "la chiquilla que tienes contigo" (posiblemente hija de Andrés "El Gitano"). Le proponía que la niña y ella huyeran con él en otoño. Mientras tanto, en verano y aprovechando "el trajín de las fiestas", podrían verse "una o dos veces al mes en una casa de la carretera".

Le mataron y nunca acudió a las citas. Nunca huyeron juntos. Tras el hallazgo de la carta, se identificó a Nieves Álvarez como posible destinataria. Ella era hermana de "El Alcalde" de Les Bareres -asesinado junto a Andrés - y había sido madre de una niña "natural" en noviembre de 1949.

Los interrogatorios fueron "muy duros", según testimonios de la época, pero ella negó haber mantenido relaciones con Andrés "El Gitano". Ante su entereza, fue recluida en la cárcel de Oviedo. Atribuyó la paternidad de la pequeña a José Sixto Rodríguez, un sargento de Regulares de Melilla. Nadie lo encontró nunca. Final triste para personas que no tuvieron aliento ni para el amor.

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