Un persistente ruido entremezclado de sirenas y de alarmas se extendió ayer por el centro e Mieres. La dirección del colegio Aniceto Sela avisó a las once y media de la mañana al servicio de emergencias regional "112" de que se había declarado un incendio en la sala de calderas. Explicaron por teléfono que la secretaria del centro, al intentar sofocar el fuego, resultó intoxicada. Necesitaban de inmediato la presencia de los bomberos. Al tiempo que se producía la citada conversación, el colegio activó el protocolo de evacuación de los alumnos.

-¿Qué esta pasando? ¿Por qué hay tantas sirenas?

-Acaba de entrar un camión de los bomberos en colegio. Creo que es un incendio.

Muchos mierenses experimentaron ayer cierta angustia al asistir en pleno centro de la ciudad a un operativo de gran magnitud. La Policía Local cortó al tráfico la calle Leopoldo Alas Clarín y un camión de bomberos entró en plena mañana en el patio del colegio Aniceto Sela. Todo con la alarma del centro conectada y las sirenas de los vehículos movilizados encendidas, generando un estruendo que llamó la atención en todo el eje comercial del centro de la ciudad. Al final se trataba de un simulacro. La simulación, eso sí, completamente realista.

El operativo fue coordinado por Servicio de Emergencia del Principado (SEPA). Durante los días previos, se habían impartido diferentes talleres de autoprotección dirigidos tanto a escolares como a profesores. Ahora bien, la dirección del centro era la única que sabía que la iniciativa acabaría con un simulacro de incendio a gran escala.

Felipe Crespo, técnico de protección civil el SEPA, fue el encargado de coordinar este ejercicio: "Lo primero en estos casos es poner a salvo a los niños y al personal. El recuento final es clave y por ello pusimos un par de trampas", explicó el experto. Uno de los escolares estaba "compinchado" y se escondió en los baños y, al tiempo, un muñeco hizo las veces de estudiante de intercambio. Ambos fueron localizados y puestos a salvo. Al final, los primeros alumnos en salir al patio tardaron 20 segundos. A los cuatro minutos todos, 320 niños y profesores, estaban a salvo. Transcurridos ocho minutos desde la alarma, los bomberos ya trabajaban sofocando el incendio. El examen se aprobó con nota.