La espectacular redada contra el tráfico de drogas que se desarrolló el jueves por la mañana en el centro de Mieres permitió desarticular una banda liderada, aparentemente, por un matrimonio que se había instalado en la ciudad hace tan sólo unos meses. Según pudo saber este diario, la pareja había comprado al menos un piso y se había puesto al frente de un céntrico bar que se investiga si estaba siendo utilizado como tapadera de los turbios "negocios" que tenían entre manos.

La operación fue planeada y ejecutada por la Comandancia de Burgos de la Guardia Civil. Y es que la pareja investigada residía hasta la pasada primavera en esta capital castellana, donde presuntamente habían puesto en marcha la red de distribución de droga. Antes del verano se trasladaron a Mieres, ya que la mujer es natural el municipio. Se instalaron rápidamente, comprando un céntrico piso y poniéndose al frente del citado bar, que estaba en ese momento en traspaso. Pero la Guardia Civil les siguió desde Burgos. El pasado jueves decidieron entrar en el domicilio del matrimonio, ubicado en la calle Carreño Miranda.

El operativo fue cuando menos llamativo por su aparatosidad: cuatro coches de la Guardia Civil, un vehículo de la secreta y dos furgones. Agentes con perros, efectivos con pasamontañas y armados. Vecinos y comerciantes se acercaron al lugar, alarmados, para preguntar qué estaba ocurriendo. Durante más de tres horas, los efectivos registraron dos viviendas y detuvieron a varias personas.

Poco ha trascendido del resultado de la actuación. "Aún es demasiado pronto para dar información, la operación acaba de comenzar y las diligencias se han declarado secretas". Es la respuesta oficial de la Guardia Civil de Burgos sobre esta investigación. Desde ámbitos no oficiales próximos a la investigación, se afirma que el matrimonio ha sido detenido. El bar que regentaban permaneció todo el día de ayer cerrado. Hasta donde ha podido saber este diario se encontró droga en las viviendas, pero en "relativa poco cantidad" para lo que suele ser habitual en este tipo de operaciones de gran alcance. Se habla de "unas cuantas decenas de gramos" de algún tipo de sustancia sin identificar. La intervención fue más larga en esta segunda vivienda. Al menos, teniendo en cuenta el tiempo que duró la misma. Durante algunos momentos, efectivos armados custodiaron los portales y algunos vecinos tuvieron que identificarse.