Las centrales sindicales con representación en el comité intercentros de Hunosa están convocadas a una reunión el próximo lunes, en la que se constituirá la mesa negociadora del nuevo plan de empresa de la hullera. Un plan de futuro que guarda numerosas incógnitas, entre ellas, si la compañía seguirá extrayendo carbón a partir de enero del próximo año y mantendrá su plantilla, cifrada en cerca de 1.200 trabajadores; si habrá nuevas prejubilaciones, qué ocurrirá con los excedentes y los trabajadores de las subcontratas o si mantendrá la senda de la Hunosa Verde apostando por energías como la biomasa o la geotermia.

El inicio de la negociación del plan de empresa de Hunosa se produce al terminar la vigencia del actual el próximo 31 de diciembre, y después de firmarse, el pasado 24 de octubre, el Acuerdo marco para una transición justa de la minería del carbón y desarrollo sostenible de las comarcas mineras para el periodo 2019-2027". Este último, firmado entre el Gobierno central, los sindicatos y la patronal del carbón. En él, se especificaba que Hunosa quedaba excluida dadas sus especiales características y su particular relevancia en el conjunto del sector y en la cuenca central asturiana, y tendrá "su propio plan de empresa, con características propias en materia de plan social y compromisos específicos en el ámbito de la reactivación de las comarcas mineras de la cuenca central asturiana y su transición a un nuevo modelo económico".

Sin duda la principal incógnita de la hullera estatal es si mantendrá abierta algunas de sus explotaciones de carbón más allá de este año. De momento funcionan los pozos Nicolasa, en Mieres; Santiago, en Aller; y Carrio, en Laviana. El plan propuesto por la anterior dirección de Hunosa con María Teresa Mallada como presidenta era seguir extrayendo carbón hasta 2025 y mantener una plantilla de más de 800 trabajadores. Para ello, prolongaría la vida del pozo Nicolasa de Mieres hasta 2020 para abastecer de carbón a la central térmica de La Pereda y a partir de ese año, extraería mineral en una nueva mina a cielo abierto en las Cuencas. Al mismo tiempo, la compañía seguiría adelante con sus iniciativas en nuevas energías, como la geotermia y la biomasa, y convertiría su lavadero de El Batán, en Mieres, en un nuevo centro de negocio al abrirlo a otras empresas ya interesadas, por ejemplo, en el tratamiento del carbón siderúrgico.

Pero en la negociación del nuevo plan también se tratarán cuestiones como las prejubilaciones, que quedaban al margen en el plan minero recientemente firmado. También debería de despejarse la incógnita con los trabajadores de las contratas, cuyos empleos ven peligrar en la actualidad. También habrá que conocer qué planes tienen para la térmica de La Pereda.