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Un valle pendiente de uso

La comarca del Nalón cuenta con numerosos inmuebles ligados en el pasado a proyectos de futuro y que siguen sin funcionar o sin rehabilitar

Centro de Barros. SILVEIRA

Hubo un tiempo en el valle del Nalón donde el dinero entraba a espuertas y con él, multitud de proyectos de preveían un futuro esperanzador para la comarca. Sin embargo el tiempo pasó y algunas de estas iniciativas, materializadas en vistosos edificios, se quedaron en una especie de limbo hasta que alguien se decidiese a darles un uso. Este abandono ha hecho que, en algunos casos, las instalaciones hayan sido presas del saqueo; mientras que en otros, la falta de mantenimiento ha llegado a poner en riesgo las estructuras.

Uno de los ejemplos más llamativos es el de las piscinas de Pénjamo. El Ayuntamiento de Langreo, aprovechando unos fondos mineros que nunca llegaron, pretendía reconvertirlas en un centro de hidroterapia y spa. El único uso que han tenido en este tiempo ha sido el de servir de plató natural para la grabación de la serie "La zona", dado el avanzado estado de deterioro que muestra, lo que las convertía en un escenario ideal para esta producción apocalíptica. Además, las instalaciones han sido víctimas de diversos saqueos, como también ha ocurrido en las instalaciones de Venturo XXI y Ornalux, en San Martín del Rey Aurelio, donde se llegaron a invertir dos millones de euros de los fondos mineros.

Un ejemplo distinto es el del cine Maxi en Pola de Laviana, cuyo edificio se inauguró en 1941, cerrando sus puertas en 1998. En estas dos últimas décadas, nadie se ha preocupado por este emblemático inmueble lavianés, que presenta un estado pésimo. Tanto, que el Ayuntamiento de Laviana se decidió este año a rehabilitar el inmueble para garantizar que siguiese en pie, enviándoles, eso sí, la factura por los trabajos prestados a sus dueños. Estos últimos pretenden negociar con el Consistorio la venta del inmueble, evitando así tener que afrontar los gastos que le exigirían, estimados en unos 78.000 euros. Eso sí, el objetivo es mantenerlo en pie; su uso ya se pensará más tarde.

Otro inmueble lavianés que se encuentra en un avanzado estado de deterioro son las tolvas de carbón, una muestra de la arqueología industrial en el valle del Nalón. Recientemente, se reclamó al gobierno local lavianés que iniciase la actuación prevista en los presupuestos para esta instalación, señalando que el tejado de la construcción "se derrumba a más velocidad con la llegada de la época de lluvias y la nevada".

Y en el Alto Nalón hay todavía más ejemplos de edificios sin uso, como el hospital de animales del parque natural de Redes y la casa del urogallo de Tarna. El primero, con un coste de 4,5 millones, sólo se ha utilizado dos veces en los ocho años que lleva construido. El año pasado se instalaron rejas de seguridad en puertas y ventanas para evitar los saqueos y la previsión actual es que reabriría sus puertas en este último trimestre o a principios del año que viene. La casa del urogallo también se construyó hace ahora ocho años con un coste de casi 700.000 euros. Desde entonces no ha tenido ningún uso y el Principado decidió cederlo este año a los vecinos para que le dieran salida. Las opciones que se barajan son las de un centro social y un albergue.

El que sí tiene uso previsto es el centro de discapacidades neurológicas de Barros. Sin embargo, su apertura no parece llegar nunca. La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, se comprometió en Langreo a abrirlo cuanto antes, pero de momento nada hay claro. Otro inmueble sin uso, y cerrado es el que Cajastur abrió en Langreo, un centro cultural que acabó abandonando.

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