Adiós a uno de los médicos más queridos de la sanidad asturiana. Cientos de personas acudieron ayer a la sala número 1 del tanatorio Ciudad de Oviedo para dar el pésame a la familia del dermatólogo José Ramón Curto, fallecido el viernes de forma repentina en un congreso de su especialidad que se celebraba en San Sebastián. "Era especial, siempre entregado a sus pacientes", aseguraron sus allegados, aún impactados por la noticia. El funeral por su eterno descanso será esta tarde, a la una, en la iglesia parroquial de San Tirso El Real de Oviedo.

El turonés José Ramón Curto desarrolló la mayor parte de su carrera en el hospital Álvarez-Buylla. Tenía consulta por las tardes por dos razones: quería las mañanas para seguir formándose y nunca tenía prisa para dejar la consulta. Aunque no estaba casado ni tenía hijos, el dermatólogo deja a su madre, su hermana y su cuñado. También a dos sobrinos a los que adoraba.