Ocurrió en junio. La ladera bajo la que reposa la localidad de La Cortina (Lena) se desprendió. Cayeron varias rocas de gran tamaño, que se llevaron por delante tres viviendas y se estamparon en la base de la montaña. El centro del pueblo quedó, literalmente, sepultado. Afortunadamente no hubo daños personales y las obras comenzaron casi de inmediato. Había un acuerdo del Principado para financiarlas y el Ayuntamiento se comprometió a coordinar las labores. A día de hoy, la actuación está prácticamente finalizada -tras una obra que alcanzará los 800.000 euros-, pero la empresa no ha recibido ni un sólo euro. Como protesta, las máquinas están ahora paradas. El Ayuntamiento asegura que ni siquiera ha recibido un justificante de aportación económica.
Las primeras horas que siguieron al "argayón" de La Cortina fueron caóticas. Y las primeras valoraciones técnicas eran poco optimistas: la obra sería larga y costosa. Se adjudicó de emergencia y comenzaron las labores. Primero hubo que asegurar la ladera, para garantizar que no se produjeran más desprendimientos. Luego comenzó la retirada de las piedras y los escombros: toneladas de tierra sobre lo que era el centro de un bonito pueblo en el valle del Huerna. Fueron los vecinos los que dieron la voz de alarma, a principios de esta semana, sobre la presunta paralización de las labores.
Facturas impagadas
Un anuncio que ha confirmado la Alcaldesa. "No podemos hacernos cargo desde el Ayuntamiento, se trata de un desembolso muy importante para las arcas municipales, y no hemos recibido nada del Principado", afirmó Álvarez. Ni siquiera un justificante que permitiría a Intervención el pago de las facturas que ya se han presentado hasta el momento. La empresa, que entrega la documentación puntualmente, suma facturas impagadas por cerca de 700.000 euros.
"La obra está prácticamente finalizada", aseguró la Alcaldesa, que ha seguido de cerca los trabajos. Queda pendiente el asfaltado, que supondría una inversión de otros 100.000 euros, aproximadamente. "Entendemos la postura de la empresa y hemos mantenido encuentros con los vecinos", señaló la máxima dirigente local. Ahora los esfuerzos del Ayuntamiento se vuelcan en conseguir la financiación del Principado o, al menos, de un justificante para que la compañía empiece a recibir los pagos.
Los ánimos entre los vecinos están caldeados. Temen que la Administración regional no financie la actuación y que las obras nunca terminen. Lo único que quieren, aseguraron, es que haya un acuerdo rápido y la empresa retome las labores. Quieren cerrar el que ha sido uno de los peores episodios en la historia del pueblo y volver, por fin, a la normalidad.
