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El "Terminator" de la avispa asiática

El gallego Lolo Andrade, que ofreció una charla en Sotrondio, ha eliminado miles de velutinas con explosivos, trampas y una metralleta de insecticida

El "Terminator" de la avispa asiática

Si las avispas asiáticas tuvieran la capacidad de comunicarse con el ser humano reconocerían sin tapujos que un escalofrío recorre su cuerpo cada vez que escuchan el nombre de Lolo Andrade, el "Terminator" gallego de la "vespa velutina". Desde el año 2013, cuando la especie invasora comenzó a propagarse por la comunidad autónoma vecina, Andrade ha erradicado cientos de miles de estos insectos, tanto mediante trampas colocadas para atrapar a las reinas como a través de la eliminación de sus colmenas. Sus métodos son expeditivos. Explosivos caseros, "ametralladoras" que disparan insecticida y trajes acolchados de "camuflaje" forman parte del arsenal de este gallego, que también se encarga de formar a bomberos, voluntarios de Protección Civil y miembros de asociaciones de apicultores de toda España. Hay una guerra declarada a la velutina y Lolo Andrade no tiene pensado perder.

La especie invasora, que se ha multiplicado de forma exponencial en los últimos años por todo el país, mata a las abejas, con el consiguiente peligro para la polinización y el equilibrio del ecosistema autóctono. Además, su picadura puede ser mortal para las personas que padezcan alergia al veneno de himenóptero. "Da la sensación que mucha gente no está concienciada del problema que supone la avispa asiática. Pueden acabar con todos los insectos que sean más pequeños que ellas e incluso con otros mayores, como las mariposas, que puedan estar indefensos", indica Andrade, que ayer ofreció una charla en el aula cultura La Plaza, en Sotrondio, en el marco de los actos del vigésimo aniversario de la Asociación de Apicultores del Valle del Nalón.

Andrade se dedica profesionalmente al exterminio de plagas y también es miembro de Protección Civil en Cambre, en La Coruña. "He eliminado avispas autóctonas, culebras y alacranes. Y ahora, la velutina. Lo que nadie quiere le toca a Lolo", relata con humor. No le ha faltado el trabajo en los últimos años. En 2013, se retiraron en Galicia cincuenta avisperos de velutina. El año pasado la cifra llegó 26.718. El propio Andrade elimina una media de 15 cada día. El más grande que se ha encontrado tenía una altura más de metro y medio.

Ante tamaña amenaza, este "Rambo" de la velutina se ha provisto de un potente arsenal. Según las dimensiones del nido y su ubicación, a mayor o menor altura, utiliza explosivos colocados en el extremo de una pértiga y detonados a distancia; trampas caseras colocadas a la entrada de las colmenas para atrapar a los insectos con un brebaje que mezcla agua caliente, miel, vinagre y alcohol; y una "ametralladora" que dispara dosis de insecticidas contenidas en balas elaboradas con plásticos biodegradables. Las siguientes armas, actualmente en pruebas, son un spray no contaminante que congela el avispero y un aparato provisto de un sensor, colocado también en una pértiga, que consigue inyectar el biocida a distancia.

Muchos de los innovadores métodos y materiales ideados por Andrade han sido incorporados por bomberos y miembros de Protección Civil. Uno de ellos es un traje con un acolchamiento especial para sortear el aguijón de la velutina y de color rojo, una suerte de camuflaje muy útil ya que las avispas no distinguen esta tonalidad. "Usamos trajes rojos y también luces rojas para eliminar avisperos por las noches porque no la ven y puedes erradicarlas a placer. Los trajes tienen coderas, rodilleras y varios bolsillos para guardar los sprays y las cosas que necesitamos ", expone Andrade.

La "guerra" contra la velutina también se libra de forma diferente dependiendo de la época del año. En marzo, los esfuerzos se centran en colocar trampas para capturar a las reinas que salen de la fase hibernación. De mayo a julio se actúa sobre los avisperos que suelen aparecer en árboles bajos, en casas de planta baja y en el suelo. Ya bien entrado el verano suele ser más habitual que las colmenas estén en cornisas de edificios de varias plantas o en árboles más altos.

Andrade asegura que La Coruña es una de las "zonas cero" de velutina y a Asturias puede ocurrirle lo mismo "si la gente no se pone las pilas, y pronto. El problema añadido de Asturias es que aquí hay muchas zonas escarpadas y en ese terreno es más difícil combatirlas".

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