"La UE no se sabe a dónde va", firmó el periodista Lluis Bassets, quien ofreció una conferencia sobre "La Unión Europea y la gobernanza mundial", en las instalaciones de la Casa de la Buelga, en uno de los actos que organiza la Asociación Cultural Cauce del Nalón. En esta ocasión, que contó con el apoyo de la Universidad de Oviedo, el Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas.

Aladino Fernández, director de las instalaciones de Ciaño trazó la trayectoria profesional del ponente, destacando que fue profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de Barcelona y que durante toda su vida ha estado estrechamente vinculado al diario El País, del que fue corresponsal en Bruselas y París. Fernández destacó también que "participó en la fundación de la edición en catalán del periódico y en la actualidad se ocupa de la sección de Internacional y ejerce como director adjunto".

Bassets tomó la palabra para manifestar que no ha habido una situación más crítica en la historia de la Unión Europea que la actual. Y es que, según referenció, "aunque se dice que Europa ha crecido de crisis en crisis que se aprovechaban para avanzar, en este caso no ha sido así y el actual proyecto europeo con los problemas migratorios, la lacra del terrorismo y el problema de los nacionalismos extremistas, se está encogiendo a pasos agigantados". Para el periodista, la construcción europea se plantea como un camino dudoso y conflictivo, "y es evidente que la crisis financiera ha traído pareja una recesión geopolítica que ha puesto en entredicho la democracia parlamentaria como sistema político europeo por excelencia". Las perspectivas no son especialmente halagüeñas para Bassets, que se mostró convencido de que "estamos ante un momento existencial en el que Europa sabe de dónde viene pero no tiene mucha idea de hacia dónde va".

Del mismo modo, apuntó que la llegada de refugiados hasta el centro de Europa ha dejado en evidencia las incapacidades de la Unión Europea para gestionar una crisis de gran calado, "algo mucho más profundo de lo que podemos ver a simple vista y que supone el anuncio de lo que ocurrirá en el futuro". El ponente lamentó la carencia de estrategias suficientes para permitir con garantías la entrada masiva de personas, que llegarán sobre todo de África y abogó por "adaptar el estado de bienestar de modo que la sociedad sea capaz de acoger el capital humano reconstruyendo el sistema de asilo, evitando los guetos donde se hacinan los emigrantes y evitando la actuación insolidaria de los estados europeos que decidan actuar por su cuenta"

"También hay una crisis global de seguridad", continuó el conferenciante, que puso sobre la mesa la dificultad de gobernar "cuando las fronteras de los países son porosas y se han creado territorios y Estados fallidos". Y recordó que no hay que obviar la aparición de un nuevo elemento, el ciberespacio, "donde proliferan actividades que pueden poner en peligro países enteros".

Según Bassets, Europa hoy por hoy juega un papel secundario en muchos escenarios políticos como Siria o Palestina y, además, tiene dificultades para visibilizar su compromiso en la globalización. Por todo ello, se mostró partidario "de mantener una estrecha relación trasatlántica, a pesar de Trump, para tener controlados los avances de Putin o China, buscando la presencia de Europa en un mundo global como el que nos ha tocado vivir para evitar a toda costa convertirnos en sujetos pasivos de la Historia".