El 31 de diciembre. El secretario general de Comisiones Obreras de Hunosa, Rubén García, afirmó tener muy presente en esta celebración de Santa Bárbara la fecha prevista para el cierre de los pozos: "Hay que pensar en esa transición energética y luchar por todos, también en memoria de nuestros compañeros mineros que fallecieron en accidente o por enfermedad laboral".

La música de la gaita cesó para dar paso a los discursos. El del alcalde, Aníbal Vázquez, fue el menos templado: "La transición tiene que ser de verdad, que no quede absolutamente nadie fuera". "Una térmica no se cierra como el que baja una persiana, y a los que tanta prisa tienen por acabar con este sector les digo que se lo piensen un poco. Que aquí hay unos territorios que vivieron durante muchos años del carbón y ahora van a tener que seguir viviendo de algo", añadió.

Al acto de Mieres acudió también el Embajador de la República Checa en España, Ivan Jancarek. Los lazos que unen al concejo con la ciudad checa de Karviná son muy intensos: se ataron en 1995, tras el accidente del pozo Nicolasa, en el que fallecieron cuatro mineros nacidos en esta localidad. "Compartimos mucho, también el difícil momento de la minería", afirmó Jancarek. El Embajador aseguró estar "emocionado" con su visita al municipio y tuvo palabras para los mineros y a sus familias: "La minería existió, existe y debe de existir. Para ustedes y para sus hijos, para que tengan un futuro".

El presidente de la Asociación Cultural y Minera "Santa Bárbara", Felipe Burón, cerró el acto. Hace más de una década que recuperaron la celebración de la patrona, que ayer incluyó el reparto del bollu, y seguirán aunque la mina termine: "Lo merecemos los mineros. Sobre todo nuestros compañeros que dejaron la vida en el tajo". Porque el sentir minero es infinito, truene o no.

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