El paulatino despoblamiento de la zona rural conlleva el deterioro de las viviendas que quedan abandonadas. Una de las consecuencias es que el Ayuntamiento de Mieres ha tenido que redoblar sus esfuerzos para garantizar que el estado ruinoso de mucha casas genere problemas de inseguridad. En los últimos años el Consistorio está ejecutando una media de seis derribos por ejecución sustitutoria.

El Ayuntamiento de Mieres ha realizado en los últimos dos años 12 derribos de inmuebles y edificios, los últimos en El Carrilón, La Rebollá, con un coste de 30.000 euros, y en Vegadotos, con un presupuesto de 8.000 euros. Ahora bien, se han dado casos de actuaciones muchos más costosas, como la que se abordó en el barrio de La Villa y cuyo presupuesto ascendió a 50.580 euros. Se trata de derribos que se realizan después de hacer varios requerimientos de forma oficial a las personas propietarias que, en muchos casos, no son localizadas al tratarse con frecuencia de inmuebles propiedad de varios herederos. Tras los requerimientos oportunos, el Ayuntamiento pide una orden al juez para poder realizar la ejecución sustitutoria y, posteriormente, "cumpliendo todos los requisitos y procedimientos legales, se reclama el dinero invertido en la actuación a la persona o personas propietarias, que son siempre responsables últimos del estado de sus propiedades".

Para dar cobertura a estas actuaciones de carácter urgente el Ayuntamiento ha doblado este año el presupuesto destinado a estas demoliciones. La provisión anual asciende a 200.0000 euros. De todas formas, el gobierno local recuerda que "el propietario de los inmuebles es responsable de mantenerlos en buen estado". Desde el ámbito municipal se pide que se tengan en cuenta los avisos previos que se hacen desde la inspección urbanística para evitar llegar a ser declarado en ruinas. La prioridad que se marca el Ayuntamiento a la hora de decidir qué inmuebles derriba por ejecución sustitutoria es clara: peligrosidad, salubridad y por último el ornato.