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La receta para ser empresaria

El Ayuntamiento de Langreo premia la exitosa trayectoria de Adela Alonso, propietaria de Casa Adela: "Hay que echarle horas y tener un buen equipo"

Adela Alonso, en su restaurante. J. R. SILVEIRA

Adela Alonso Noriega sintió el flechazo de la cocina siendo niña. Quizá fuera por el cautivador olor de aquel pote asturiano que la desarmaba cuando abría la puerta de casa al volver de clase. Hubo otros muchos platos que alimentaron su vocación porque su madre, ama de casa, "siempre cocinó mucho y muy bien". Pasaron algunos años en los que la pasión por los fogones permaneció latente, circunscrita al ámbito de una mera afición, hasta que hace 18 abrió "Casa Adela", un restaurante levantado en los bajos de la vivienda familiar que hoy da empleo a media docena de personas. Su exitosa carrera le ha valido la concesión del premio "Emprendedora de Langreo", concedido por el Ayuntamiento, en la categoría de "mejor trayectoria empresarial".

"La verdad es que me llevé una alegría enorme. Estoy muy agradecida al jurado y a la Asociación de Amas de Casas de Lada, que fue la entidad que presentó la candidatura", indica Alonso. En su negocio "todo es muy familiar". Desde la carta, basada en guisos tradicionales, hasta la decoración del local. Los orígenes también son muy de casa. La madre de Alonso fue uno de sus principales apoyos en la cocina en los primeros años y su padre, albañil, se ocupó de la reforma del inmueble.

"Cuando iba a restaurantes en zonas rurales pensaba que un sitio así podía funcionar en Lada". Alonso se formó de manera autodidacta antes de dar el paso, "leyendo muchos libros de cocina, acudiendo a cursos en la Escuela de Hostelería de Oviedo y trabajando en un restaurante para conocer cómo era el funcionamiento del día a día". Esta cocinera argumenta que su secreto es tener "buena materia prima a la hora de elegir los ingredientes, ser honesto en la cocina y echarle horas": "Hay que poner la pota temprano, sobre todo cuando haces este tipo de cocina tradicional porque hay guisos que requieren tiempo y paciencia". Alonso reconoce que su momento de mayor plenitud en el restaurante se produce a primera hora de la mañana, cuando está a solas con los fogones, antes de que la vorágine diaria la obligue a compaginar la faceta de cocinera con la de empresaria.

"Esto es un trabajo en equipo y tengo la suerte de contar con un personal muy implicado y con una clientela muy fiel", reflexiona Alonso. La repostería, el bacalao y aquel pote asturiano de su infancia son algunos de sus platos favoritos, aunque "me gusta cocinar de todo".

Alonso destaca que la cocina asturiana vive un momento dorado. "En la región tenemos platos excelentes y, además, de mucha variedad. Puedes encontrar buenas carnes, pescados, mariscos y productos de la huerta. Por eso tiene tanto éxito".

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