-¿Por qué entra en erupción un volcán?
Pregunta chocante si la formula un niño de cuatro años. Muchas preguntas, bien formuladas, con intención y fruto de un razonamiento avanzado para la edad de un pequeño, es uno de los signos de las altas capacidades. Niños y niñas con un coeficiente intelectual superior a 130 y que, en muchos casos, se asocian a problemas de integración social y en el entorno educativo. En Mieres han decidido olvidarse de esa sombra, esa "cara b", de las altas capacidades y han puesto en marcha un programa sobre la visión positiva de estos jóvenes talentos. Los encuentros, que se celebraron durante las últimas semanas, han estado organizados por Pozu Espinos Gestión Cultural, en colaboración con el área de Salud del Ayuntamiento de Mieres. Un proyecto pionero y de interés general: se estima que un 2,5 por ciento de los niños de las Cuencas son de altas capacidades.
Como Martín Alonso, que está haciendo un volcán en el taller de la Fundación Geolag. "Primero vamos a modelar bien lo que es el volcán, y luego haremos como que entra en erupción. Pero es trampa, no va a haber lava", asegura. Él está en la segunda planta de la Casa de Cultura, junto a otros 16 niños, mientras que las familias asisten a la charla "Cambiar la mirada: la visión positiva de Alta Capacidad".
Félix Ruiz es el presidente de la Fundación Talentum, psicólogo y experto en atención a altas capacidades. Es uno de los ponentes junto a Ana Fernández, vicepresidenta de la entidad, economista y especialista en desarrollo del talento y comportamiento organizacional. "Cuando nos comentaron la organización de estos encuentros nos llamó la atención para bien. Pocas veces se habla de las altas capacidades en positivo", afirmó Ruiz. Según Fernández, "nos interesa hablar de las fortalezas y de como se trasladan luego en el mundo adulto. Por ejemplo, el desarrollo de una persona con altas capacidades en la empresa".
Un niño de altas capacidades que pregunta tanto, seguirá siendo un adulto curioso y con ánimo de superación. Los expertos señalaron que "son personas con una capacidad de aprendizaje muy alta, con mucha intuición y un pensamiento abstracto capaz de unir varias ideas a gran velocidad". El resultado: "Resuelven problemas complejos con mucha rapidez".
Como hacen Yeray y Martín Alonso en el taller de geología. Si la masa para hacer el volcán se pega, rápidamente extienden la mano para coger más agua y hacerla más moldeable. "Nos gusta hacer preguntas, pero sobre cosas que nos interesan", afirman los chicos. A Martín Alonso, por ejemplo, le encanta su clase de matemáticas: "Es la que más me gusta. La que me gusta un poco menos es la de valores, pero también lo pasamos bien todos los compañeros y yo".
El sentido del humor. Otra de las cualidades de las personas con altas capacidades. Y es un humor rápido e inteligente: "No todo el mundo tiene el mismo sentido del humor, pero en el caso de estos niños suele ser un humor muy maduro para su edad", señaló Ana Fernández. Sus razonamientos son muy profundos y tienen un pensamiento trascendental. Además, tienen un vocabulario muy amplio, son observadores y entregados.
De mayores son personas que no se conforman. Según Ruiz, "suelen andar siempre 'furando', inconformistas. Esto, a veces, es visto por el entorno social como algo negativo. Pero, en realidad, para las empresas y para el desarrollo vital en general es algo muy positivo". Talentum es una de las asociaciones que pelea en la región por la correcta atención de los niños de altas capacidades. Uno de los principales objetivos: que encuentren su sitio y un área en el que satisfacer su curiosidad y su creatividad. Sólo así es posible "frenar una fuga de cerebros" porque no se sientan comprendidos. En Asturias, a la cabeza en diagnósticos, hay más de 700 escolares con altas capacidades.