No hay buenas noticias para la estación de Valgrande-Pajares. La instalación de una silla desembragable de seis plazas en el complejo de esquí de Lena, principal reivindicación de los clubes y la Plataforma pro Valgrande-Pajares, es "inasumible" en este momento. El remonte alcanzaría un coste de siete millones de euros. Así respondió ayer el director general de Deportes, José Ramón Tuero, a la propuesta de los colectivos para que haya más inversión en la estación. Prevén hacerlo a través de una enmienda, por lo que buscan apoyos entre los grupos con representación en la Junta General del Principado. Medida que Tuero ve con buenos ojos, pero sin mucha esperanza: "Las cuentas son las que son, ya se han acordado. Aunque esa enmienda, si sale adelante, se debatirá en el lugar adecuado", afirmó el responsable regional.

Los Presupuestos, en trámites para su aprobación en la Junta General, incluyen únicamente una partida de 230.000 euros. Se destinará a la "obligada revisión extraordinaria del telesilla de Brañillín". Ellos plantean la inclusión de otra partida para "inversiones productivas".

Hay varias razones para que la reclamación llegue a buen puerto, afirmaron los colectivos afectados. Una de ellas, que el complejo "necesita claramente inversiones". Tal y como afirmaron, en este ejercicio "el Principado tuvo que hacer una modificación en el presupuesto, lo que supuso un auténtico laberinto administrativo". Quieren saltar obstáculos y también que "Valgrande-Pajares reciba lo que le corresponde, ya que es uno de los principales motores turísticos de la comarca".

El director general de Deportes les da la razón. "Siempre son necesarias más inversiones, en Pajares también", afirmó, rotundo. Pero hay una traba difícil de sortear: "La situación económica es la que es y los Presupuestos son los que son, los que se han acordado ya con Izquierda Unida y Podemos", destacó Tuero.

Coinciden en el aplauso a la plantilla y la dirección de la estación. Los clubes y la Plataforma pro Valgrande-Pajares dejaron claro que "gracias a ellos, nuestra estación ha mejorado". Una labor que se hizo visible durante el temporal de noviembre: trabajaron día y noche para que la estación pudiera abrir sus puertas y adelantar la temporada. Llegó la lluvia y echó el trabajo por tierra.