El viejo Cine Esperanza ya es está inmerso en unas obras que deben garantizar el sostenimiento de la estructura del emblemático edificio. Transcurridos tres años desde que el Ayuntamiento de Mieres abriera un expediente urbanístico ante el mal estado en que se encuentra el inmueble, requiriendo por primera vez a los propietarios para que acometieses una actuación, la solución a los graves problemas que presenta la enorme edificación proyectada por Felipe López Delgado y Miguel Ángel Esteve Vera en 1942 parece finalmente estar próxima. Las tareas que están previsto abordar en las próximas semanas buscan reforzar el esqueleto del edificio y, en lo esencial, acabar con los desprendimientos de materiales y las filtraciones de agua. Ahora bien, eso no significa ni mucho menos que el edificio quede en condiciones de albergar algún tipo de actividad. No hay planes para su recuperación como espacio útil para la ciudad.

Los preparativos para iniciar las obras ya se han iniciado. Todo el frente de viejo cine, situado en la céntrica calle Teodoro Cuesta, está ya con andamios y listo para la reforma. Los dueños del edificio pretenden dar solución a los principales daños detectados, que están generando problemas de desprendimientos y también de humedades que afectan a las viviendas colindantes. Hace unos meses ya se abordó una actuación de acondicionamiento y limpieza que, a larga, resultó insuficiente debido al avanzado estado de deterioro.

El proyecto actual incluye sanear el tejado para evitar que los daños que sufre la estructura vayan a más con el paso del tiempo. Junto con la cubierta, se reparará la fachada para acabar con los desprendimientos de materiales. La actuación entraña su complejidad, ya que para acceder a la zona alta del edificio se necesitará una grúa de grandes dimensiones que deberá trabajar desde la calle Teodoro Cuesta, una de las arterías que soporta más volumen de tráfico dentro del casco urbano de Mieres.

El Ayuntamiento ya decretó en su momento que, en principio, el viejo cine Esperanza no presenta peligro de derrumbe. Los propietarios comparten ese planteamiento. Según explicaron a este diario su prioridad actual es "garantizar la seguridad de los vecinos" que hacen uso de los viales anexos al inmueble y evitar que las viviendas colindantes sigan sufriendo humedades debido a las filtraciones. De momento, no contemplan un derribo, aunque es una posibilidad que permanece abierta de cara al futuro.

El Ayuntamiento de Mieres elaboró en el año 2016 un informe técnico sobre el estado del popular edificio, atestiguando su avanzado estado de desgaste, pero descartando, como ya se ha dicho, la necesidad de tuviera que ser derribado debido a su ruinoso estado. Y eso que el en sus tiempos macizo edificio de hormigón, presenta una grieta en su fachada de varios metros de longitud.