Arriba las manos "Grinch", y deja la Navidad donde todos podamos verla. La Agrupación Vecinal de Mieres propone la creación de una comisión, en la que esté presente el Ayuntamiento y las fuerzas de seguridad, para terminar con los actos vandálicos en el municipio. La convocatoria llega después de los sucesos en el parque Jovellanos: la muerte de un pato a pedradas y, más recientemente, el robo del alumbrado navideño que habían colocado los hosteleros del bulevar para animar las fiestas.

"Nosotros llevamos ya un tiempo en contacto con el Ayuntamiento y con la Policía Nacional para hacerles llegar los problemas de vandalismo que se están dando en el concejo", aseguró Arsenio Díaz Marentes, presidente de la Agrupación Vecinal de Mieres. Unos problemas, aseguró, que no son nuevos pero que se están agravando.

Como ejemplo, el portavoz vecinal recuerda la muerte violenta del pato del parque Jovellanos. "Esto ya es más que gamberrismo", aseguró Díaz. Los patos del parque Jovellanos son todo un símbolo para Mieres. Tanto que muchos nombran este área de juegos como "el parque de los patos". Hace algo más de una semana, uno de los animales apareció muerto en el estanque. Todo parece indicar que lo acribillaron con piedras hasta que se murió. El gobierno local (IU) reclamó públicamente "civismo y sensibilidad".

Los vecinos consideran que no es suficiente. "Hace falta más vigilancia, tendrán que reforzar el cuerpo de seguridad local", afirmó Díaz Marentes. Buena prueba, añadió, es que "los actos vandálicos van en aumento". Este nuevo robo, el del alumbrado navideño, también ha generado polémica entre los vecinos. "Más que por el dinero, que era poco, es por la falta de empatía", aseguraron los hosteleros del bulevar del parque Jovellanos.

Descubrieron la falta de las luces el viernes por la mañana: "Faltaban en casi todos los árboles que están en las terrazas", explicó Berto Masid, miembro de la entidad de hosteleros del parque Jovellanos. Sólo los dejaron en la terraza de una cafetería, porque la guirnalda estaba tan bien enroscada que desistieron. Para arrancar el resto, afirmó Masid, "tuvieron que poner ganas y tener paciencia para la maldad, porque todas estaban enganchadas a conciencia". Están cabreados y tristes, les han robado la Navidad.