Más de cinco millares de personas (5.150 en concreto) han pernoctado en el parador de Brañagallones desde que fue reabierto hace poco más de dos años como refugio de montaña. Junto a los asturianos, son los madrileños, gallegos, cántabros y vascos los que más utilizan la instalación. Los visitantes extranjeros todavía son escasos, aunque el pasado año ya pasaron por Brañagallones montañeros holandeses, belgas y alemanes, entre otros.
El guarda José Manuel Prado, responsable de la gestión del refugio casín, resaltó la tendencia al alza experimentado por la cifra de pernoctaciones. "Esto va hacia arriba, aunque es cierto que todavía lleva poco tiempo abierto y el parque de Redes no tiene la difusión que pueden tener otros espacios como Picos de Europa o Somiedo", indicó.
Según los datos que maneja Prado, los cuatro meses que estuvo abierto el refugio en 2016 (se puso en marcha en septiembre) captó a 700 visitantes que hicieron noche allí. En 2017 ya fueron 2.100 y el pasado ejercicio la cifra de pernoctaciones siguió creciendo, hasta alcanzar las 2.350. "A eso hay que sumar la gente que pasa a conocer el edificio y que no se queda a dormir", explicó Prado.
Una buena muestra del éxito del refugio fue la pasada Nochevieja, cuando el equipamiento estuvo al completo, con las 38 plazas habilitadas cubiertas. "Hubo personas de Asturias, Galicia, Burgos y Madrid. Familias y parejas, todos ellos aficionados a la montaña. Es otra forma de vivir una fiesta así. Se compartió la comida y vimos las campanadas a través de internet porque aquí no tenemos señal de televisión", relató el guarda de Brañagallones. A buen seguro que el nuevo año trae más visitantes al refugio para mantener la evolución al alza del último trienio.
