La Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Asturias reclamará al Principado la devolución de los 40.000 euros invertidos por la entidad en mejoras en el refugio de Brañagallones si finalmente no hay un acuerdo entre ambas partes para renovar el convenio de gestión de este equipamiento de Caso y de otros cuatro en los Picos de Europa (Urriellu, Vegarredonda, Vega de Ario y Cabrones). La Federación dará un plazo de cortesía de un mes al Gobierno regional antes de poner en marcha su reclamación.

El pasado 31 de diciembre finalizó la vigencia del convenio firmado entre el Principado y la Federación de Montaña de Asturias. La entidad deportiva ha dejado claro que no suscribirá un nuevo convenio si el Principado no asume en las cláusulas del documento un compromiso inversor para mejorar los refugios.

Además, de no alcanzarse ese acuerdo y quedar desvinculada finalmente de la gestión, la Federación exigirá la devolución del dinero invertido en Brañagallones. "La entidad gastó 40.000 en la compra de las literas, materiales para la cocina y otros elementos de equipamiento y no lo vamos a regalar si dejamos de estar ligados al refugio", explicó Juan Rionda, presidente de la Federación de Montaña.

Rionda afirmó, no obstante, que antes de que se adopte cualquier medida definitiva se dará un "plazo prudencial" al Principado para dejar abierta la posibilidad de acordar un nuevo convenio para administrar los refugios. Ese plazo será de un mes.

El primitivo refugio de cazadores de Brañagallones cambió de uso a finales de los noventa. En 1997 se hizo una remodelación completa, pero hubo que esperar hasta agosto de 2005, cuando el Principado firmó un contrato de explotación con una empresa del sector hostelero, para ver su reapertura. El inmueble fue acondicionado para albergar un hotel con una categoría de tres estrellas. Sin embargo, la oferta como parador no llegó a despegar. El equipamiento sólo estuvo abierto cuatro años, lastrado por la escasa demanda de visitas y por los desperfectos que cada invierno se detectaban.

El Principado, como propietario del edificio, no pudo rescindir el contrato a pesar de que el parador estaba cerrado. Hubo que esperar hasta la extinción del compromiso con los adjudicatarios de la gestión, para llegar a un acuerdo con la Federación de Montaña, que pasó a hacerse cargo de la gestión, cediéndola a un guarda.

Desde la reapertura de la instalación como refugio de montaña, en septiembre de 2016, ha recibido a más de 5.000 turistas, llegados principalmente desde Asturias, Madrid, Galicia, País Vasco y Cantabria. El equipamiento cuenta con 39 camas.