Rafael D. F. falleció la tarde del pasado viernes tras sufrir un desfallecimiento mientras paseaba por las inmediaciones de la estación de tren de Moreda. Apenas 24 horas después, la noche del sábado alguien intentó entrar en su domicilio. Este anciano de 85 años de edad no dejó familia cercana y todo indica que los asaltantes buscaban hacerse con objetos de valor esperando que nadie los echara en falta. Finalmente, la intervención de la Guardia Civil evitó la consumación de un robo que hubiera resultado especialmente luctuoso.

Apenas un día transcurrió desde el fallecimiento de Rafael D. F. hasta que su casa en el pueblo de La Felguerosa fuera asaltada. Los atracadores intentaron forzar la puertas haciendo un agujero a la altura de la cerradura. Finalmente no consiguieron entrar en la vivienda. La Guardia Civil, tras ser alertada por unos vecinos de lo que había sucedido, se presentó en la aldea. Tras acceder a la vivienda, los agentes comprobaron que, aparentemente, todo estaba en orden. Como medida preventiva requisaron los objetos de valor para custodiarlos hasta que sean reclamados por los herederos. El fallecido poseía, entre otras cosas, un reloj de oro de bastante valor y diversas armas de tiro, ya que era muy aficionado a esta especialidad deportiva.

Es imposible conocer la motivación de quienes la madrugada del domingo intentaron acceder a las vivienda de Rafael D. F.. Ahora bien, los vecinos de La Felguerosa, al igual que los amigos del fallecido, comparten casi de manera unánime una teoría: "Se enteraron de la muerte de Rafael y como sabían que vivía sólo y tenía cierto poder adquisitivo decidieron probar suerte", señalan allegados consultados por este diario. Las circunstancias que rodearon la muerte de este jubilado hizo que el deceso no pasara desapercibido en el concejo de Aller. Rafael D. F. falleció de un paro cardiaco en plena calle. Los esfuerzos de los servicios sanitarios de emergencias para intentar reanimarlo fueron inútiles. La autopsia confirmó que la muerte se produjo por causas naturales. Este allerano había emigrado en su juventud a Argentina, país en el que regentó un negocio hostelero hasta su regreso a España. Era una persona muy conocida en Aller debido a su carácter extrovertido y su afición al ciclismo y al tiro.