El salvajismo en ocasiones no tiene límites y provoca un innecesario sufrimiento quienes lo sufren directa o indirectamente. Un pequeño gato acaba de ser víctima de un injustificable acto de brutalidad que, por cruel, se hace incomprensible. Un desaprensivo le espetó en Serrapio varios disparos con una pistola de perdigones. Las heridas sufrida por el animal indican que la descarga fue casi a bocajarro. El gato perdió un ojo.

"Oreo" es un pequeño gato de 4 años que mantiene una evidente afinidad con su nombre, ya que las motas negras que adornan su blanca piel le otorgan una enorme dulcera. Un cuerpecito que la mañana del pasado jueves quedó totalmente ensangrentado: "Apareció en casa con varias heridas en la cabeza y un ojo colgando", explica su dueña, Claudia Álvarez. Al animal fue llevado de urgencia a una clínica veterinaria allerana y , aunque perdió el ojo, ha logrado recuperarse de un ataque tan gratuito como desalmado. Fueron varios los perdigonazos que recibió el indefenso animal en las inmediaciones de su casa. Sus propietarios no contemplan otra motivación que la retorcida diversión por parte del autor.

Los hechos han sido denunciados ante la Guardia Civil: "No entendemos que se pueda hacer este tipo de daños a un animal y nos parece un acto criminal. Ya sabemos que nadie acaba en la cárcel por algo así, pero cuando menos nos gustaría que hiciera frente a una multa que le quitara las ganas de seguir actuando de esta manera", señala Claudia Álvarez. Los dueños de "Oreo" consideran necesario que la sociedad se conciencie de la necesidad de denunciar actos violentos contra los animales: "Hemos recibido mucho apoyo a través de las redes sociales y ahora lo importante es que el gato se siga recuperando", apuntan sus dueños.