El viejo cine Esperanza tiene un difícil encaje en la red de centros culturales de Mieres. En estos momentos el gobierno local no contempla la posibilidad de adquirir el inmueble para darle algún tipo de uso público. La aparente buena disposición de los propietarios a la hora de llegar a un acuerdo economicamente "razonable" choca con varios obstáculos. El primero es que el Ayuntamiento no tiene actualmente necesidad de nuevos espacios, en especial en el marco cultural. Además, el coste de una operación de compra y rehabilitación del viejo y muy deteriorado edificio sería pernicioso para las arcas municipales.

El vicealcalde del concejo, Manuel Ángel Álvarez, no quiso ayer cerrar ninguna puerta a propuestas que pudieran ser ventajosas e interesantes para el concejo, pero al final reconoció que en este caso resulta muy difícil no caer en el pragmatismo. "En estos momentos la cobertura de centros culturales está acorde a las necesidades del concejo. A la Casa de Cultura y el Ateneo de Turón se ha sumado la reciente reapertura, con gestión municipal, del espacio escénico que en su momento clausuró Cajastur". Paralelamente, el responsable municipal recalcó que en el plan urbano de la Mayacina hay también unos terrenos reservado para el desarrollo de un proyecto vinculado al mundo cultural. Se trata, en concreto, de la parcela que actualmente alberga el ecohuerto, junto a la antigua estación del Vasco. La idea de los gestores municipales era que este equipamiento cubriera el vacío existente desde que en 1992 se demoliera el Teatro Capitol, posiblemente la instalación cultural más emblemática que haya tenido la ciudad en toda su historia. Transcurrido el tiempo, el ambicioso proyecto ya engrosa la lista de objetivos abandonados.

Adquirir el viejo cine Esperana no entra en estos momentos en los planes municipales. El gobierno local no ve la necesidad ni considera prioritario hacer un enorme desembolso en un edificio cuyo valor histórico y arquitectónico es custionable. De hecho, el edificio fue descatalogado hace meses como bien patrimonial, medida que posibilitaría, llegado el momento, que fuera demolido si así lo estiman los popietarios. Tras abordar una obra para reforzar la estructura del viejo cine, la intención de los dueños es conservarlo, aunque a medio plazo están dispuesto a estudiar todas las posibilidades a su alcance. La preferencia, en todo caso, la tendrá el Ayuntamiento de Mieres, que no parece tener mucho interés en canalizar en esta dirección una inversión millonaria. El Consistorio elaboró en el año 2016 un informe técnico sobre el estado del popular edificio, atestiguando su avanzado estado de desgaste, pero descartando la necesidad de tuviera que ser derribado debido a su ruinoso estado.