Al final el imparable y rápido despoblamiento que sufren los valles mineros bien podría acarrear que las Cuencas acabasen convertidas en una gigantesco obsequio con el que agasajar a algún excéntrico millonario. La popular actriz Gwyneth Paltrow generó estas pasadas fiestas navideñas un enorme revuelo mediático tras recomendar la compra de una aldea gallega como regalo. La artista californiana quedó prendada de la bucólica soledad de los montes de Lugo. Vistos sus gustos, en las Cuencas tendría un auténtico paraíso con cientos de alternativas. Puestos a regalar pueblos abandonados, las comarcas mineras podrían convertirse en una de las mayores superficies comerciales del mundo.

La estadística apunta que el 40 por ciento de los pueblos vacíos de Asturias está en las Cuencas. El recuento eleva hasta cerca de 700 el número de aldeas sin habitantes. El despoblamiento golpea aún con más fuerza al Caudal que al Nalón. Esta comarca suma la friolera de 440 pueblos abandonados. Mieres tiene el dudoso honor de ser el municipio con más pueblos "fantasma": 265. En Lena hay 80 localidades sin vecinos y Riosa y Morcín suman más de 20. El valle del Nalón, por su parte, cuenta con cerca de 250 pueblos vacíos. A la cabeza está San Martín del Rey Aurelio, con un centenar de localidades vacías. Langreo está en torno de las 80 y Laviana ronda el medio centenar.

Adquisición con éxito

Una visita de Gwyneth Paltrow por la zona rural de los valles mineros sería como dejar suelto a un ludópata por Las Vegas. Ahora bien, la idea de la actriz aún siendo original en su contexto, no es novedosa. Hace ya catorce años que el arquitecto Tino Álvarez decidió dar una segunda oportunidad al pueblo de sus abuelos maternos. Compró las 16 casas que aún se mantenían en pie en El Coruxeo, una difunta aldea situada al resguardo de la sierra del Aramo, para poner en marcha un complejo hostelero: "Fue una locura. Con 24 años me enfrenté a una hipoteca de un millón de euros y a un proyecto que lo normal es que hubiera fracasado", explica el empresario, un tanto sorprendido de su propia audacia. La Aldea Soñada del Angliru es hoy un complejo hostelero con fama nacional por el que pasan famosos como el cantante Joaquín Sabina o la televisiva Belén Esteban. Tiene buena ocupación casi todo el año. Ofrece 32 habitaciones y da empleo a 15 personas. Hace quince años no era más que un pueblo olvidado, perdido en Riosa. "La mayoría de las casas estaban cayendo. No había saneamiento, ni agua ni accesos", recuerda Tino Álvarez.

Quien pretenda comprar un pueblo abandonado debe asumir que le espera una ardua negociación si las viviendas están en manos de varios dueños. En el caso concreto de El Coruxeo, tres de las casas eran propiedad de familiares de Tino Álvarez y el resto estaban en manos de otros dos vecinos. "Me costó ocho meses cerrar toda la operación". Al final pagó 70.000 euros por el lote. Se puede decir que fue un muy buen precio, al menos si se compara con la oferta actual. Según publicó recientemente este diario, la aldea de El Mortorio, en Piloña, con nueve edificaciones y 15 hectáreas, comenzó a venderse en 2,75 millones y ha ido rebajándose hasta los 2,37 millones. Las cinco viviendas de lujo de Os Teixóis, en Taramundi, un marco perfecto para emprender un negocio rural, se pueden adquirir a poco menos de 800.000 euros. Más económica es la idílica aldea de El Rebollal, junto al río Navia, en el concejo de Boal. Piden por ella 499.000 euros.

Otros proyectos

A Tino Álvarez le salió bien su proyecto, pero ahora no es tan osado como Gwyneth Paltrow a la hora de recomendar comprar una aldea perdida en el monte: "En los últimos años me han llegado varias propuestas similares y he dicho que no. En su momento tuve el empuje inconsciente de la juventud y, a base de trabajar muchísimo al principio, todo ha salido bien, pero puede que de cada cien veces sólo una acabara en éxito", señala el empresario.

Conseguir un buen precio y disposición a trabajar duro no garantizan nada cuando se trata de hacer renacer un pueblo con fines empresariales. Las normativas públicas pueden ser también ser un impedimento. En las Cuencas también hay ejemplos. Las trabas urbanísticas y los problemas para mejorar un acceso de no más de un kilómetro están frenando en Mieres una iniciativa que busca atraer a visitantes internacionales "con alto poder adquisitivo". Los promotores, pese a contar con el respaldo del movimiento asociativo local, llevan muchos meses sin poder avanzar en El Caleyu. "Nuestra idea es atraer a un turismo interesado en el retiro espiritual, personas de alto nivel adquisitivo que buscan tranquilidad y una oferta que incluya comida sana, masajes y yoga, por simplificarlo un poco", apunta Menéndez. El proyecto conllevaría una inversión de partida de unos 300.000 euros y crearía en principio alrededor de diez empleos. Entre otras cosas necesitan una recalificación de los terrenos.

En Caso, en El Peréu, se intentó poner en marcha, de forma más desordenada, otro complejo turístico que no fructificó. Los pueblos abandonados proliferan por las Cuencas y muy loco debería volverse el mercado par que esa triste realidad se convierta en negocio.