Sorprende, también emociona, ver la alegría con la que "Tyson" recibe a los que llegan a la clínica veterinaria Airedale Vet (Gijón). Nadie diría que ese pit bull, de ocho años, acaba de pasar por un infierno junto a su compañera "Princesa" (cruce de beagle).

Estos dos perros, poco más que huesos y piel, estuvieron encerrados durante dos meses en una casa. El Seprona y "Una y mil huellas protectora" los rescataron el sábado, tras una denuncia vecinal. Llevaban muchos días sin comer, subsistiendo del agua que caía de una cisterna. "Cuando llegaron estaban al límite", aseguran en la clínica veterinaria en la que se están recuperando. Es uno de los casos más duros de maltrato animal que se ha visto en Asturias. Y aún más sorprendente: la mujer que los mantuvo encerrados los había adoptado, colaboraba con distintas protectoras -acogía gatos que esperaban adopción- y fingía ser una activa animalista. El Seprona ha abierto diligencias contra ella.

"Cuidado con el perro, tiene sentimientos". Es el cartel que estaba colgado en la puerta de la casa en la que "Tyson" y "Princesa" estuvieron encerrados. Fuentes vecinales aseguran que la mujer dejó la vivienda hace ya dos meses, aunque es casi imposible que los perros no comieran nada durante este tiempo. "Llegaron muy desnutridos, pero creemos que incluso decir que llevaban un mes sin comer absolutamente nada es exagerar", explicó Teresa Noval. Ella es una de las veterinarias encargada del cuidado de los animales, junto a su compañera Iveth Morales. "Tyson" ingresó el sábado pesando 17 kilos, ya está en 19,900 kilos (la mitad de su peso ideal).

Él está jugando en la clínica. "Princesa" aparece detrás, está más débil y tiembla. Pero se confía rápido y parece contenta, aunque su estado de salud es delicado: "Estaba anémica, además tiene tumoraciones en la zona mamaria y un soplo cardiaco". Acaban de darle un baño y está muy guapa, el pelo brillante, pero cuando ingresó tenía las uñas tan largas que le pellizcaban la planta.

Signos de semanas encerrados. Eso sí, el vínculo entre ellos es muy especial. "Tyson" se acerca a ella para asegurarse de que está bien en todo momento, y vigila de cerca cuando alguien toca a "Princesa". "Es muy cariñoso y muy protector", señalan las veterinarias. La responsable de "Una y mil huellas protectora", Eva Díaz, ya ha anunciado que los dos se darán en adopción juntos: "El vínculo entre ellos inquebrantable", aseguró.

Verlos es creer en la superación. Las veterinarias esperan que salgan adelante, aunque se irán recuperando "muy poco a poco". De hecho, aunque ya comen por ellos mismos, tienen que alimentarlos poco a poco. "Tyson" sube al regazo de Iveth para reclamar una "chuche" canina: "Es la última que te doy, ¿eh?", ríe ella. Los dos fueron abandonados una vez, encontraron una nueva familia y pasaron por un infierno. Esperan que la vida les de una tercera oportunidad y que, por fin, sean felices.