El aprovechamiento del edificio de la Casa del Urogallo, en Tarna, que desde hace unos meses vuelve a ser propiedad y responsabilidad de los vecinos de la localidad casina, aún tardará en hacerse realidad. El motivo: el deficiente suministro de agua existente en la zona del pueblo -la parte más alta de Tarna- en la que se encuentra el inmueble, terminado y en desuso desde el año 2010. El Ayuntamiento casín analizó la posibilidad de dotar a la zona de un sistema de bombeo, similar al existente en El Tozu.

Sin embargo, la mejor solución, tras consultar con Cadasa (Consorcio de Aguas de Asturias), es la construcción de un nuevo depósito, conectado con el actual. "Con el bombeo no es viable". De esta forma, la posibilidad de utilizar en un plazo breve de tiempo el fallido museo del urogallo se diluye, y tendrá que esperar un tiempo más.

El alcalde de Caso, Miguel Fernández, explicó que tras las consultas con los técnicos de Cadasa quedó claro que un sistema de bombeo para la parte alta de Tarna "no era lo más adecuado". Y para que la Casa del Urogallo pueda funcionar, bien como albergue, refugio o como centro social -es la asamblea de los vecinos del pueblo quien tiene la potestad de decidirlo- "debe tener un suministro de agua asegurado", algo que, como apuntó el regidor, ahora no ocurre.

Fernández subrayó que el enfado entre los vecinos con lo ocurrido con la Casa del Urogallo "sigue siendo muy grande". El Principado se hizo con las antiguas escuelas del pueblo, utilizadas y queridas por el vecindario, y las derribó para hacer el edificio, conocido entre ellos como "el tanatorio" por su similitud con los nuevos tanatorios construidos en Laviana y Langreo. La Casa del Urogallo llegó a inaugurarse en 2010, sin equipamientos, sin instalación eléctrica y sin un suministro de agua estable.

Los planes del Principado de Asturias por aquel entonces pasaban por abrir el equipamiento con una exposición y para poder observar a través de videocámaras los trabajos que se realizan en el centro de cría en cautividad del urogallo, en Sobrescobio. Pero no fue así, y desde entonces, hace ya casi nueve años -el acto de inauguración fue en mayo-, el edificio está en desuso. Un total de 676.766 euros se invirtieron en su construcción, y en el derribo de las antiguas escuelas.

Tras estar ocho años en manos del Principado, la administración regional decidió devolver el inmueble a los dueños primigenios: los vecinos de Tarna. Esta devolución se concretó el pasado mes de julio. Se habló de utilizar el edificio como albergue, con destino turístico, o como nuevo centro social para el pueblo. Sin embargo, estas posibilidades están ahora supeditadas al nuevo sistema de abastecimiento.