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El edificio de investigación, ya disponible para la llegada de empresas y entidades

La Universidad de Oviedo incluye la posibilidad de alquilar los despachos, aunque con el compromiso de generar sinergias y trabajos comunes

El edificio de investigación del campus de Mieres. FERNANDO GEIJO

La Universidad de Oviedo ha dado un paso hacia delante para conseguir que el edificio de investigación del campus de Mieres recupere el esplendor de hace años cuando rozó una ocupación de casi el 100%. Y es que el inmueble se encuentra en la actualidad infrautilizado, con plantas cerradas y sin actividad, y la intención de la entidad académica era permitir la entrada de empresas de I+D+i que puedan generar sinergias y materialicen trabajos comunes con los distintos integrantes de la Universidad.

Una iniciativa que ha sido impulsada por la gerente de la Universidad de Oviedo, Ana Caro, con una vocación que no se limitaba únicamente a la región, sino que puso sus miras en el ámbito internacional. "Hemos usado las bases de ejecución presupuestaria aprobadas el pasado 27 de diciembre en el Consejo Social de la Universidad, donde incluimos una especifidad para el alquiler de estos espacios donde hay disponibilidad a empresas interesadas en instalarse allí". Así, en la resolución donde se alude a los precios públicos, tarifas y cánones para el presente ejercicio, se especifica que en el caso del edificio de investigación de Mieres, así como en el Severo Ochoa y el Científico Técnico de Gijón, "el régimen de alquiler de espacios y uso de las instalaciones estará destinado a propiciar la interrelación y ocupación con empresas de I+D+i que generen sinergias y materialicen trabajos comunes con los distintos integrantes de la Universidad de Oviedo". Aquí se enmarcan cátedras de patrocinio, tutorización de estudiantes de fin de grado o trabajo de fin de máster en prácticas, contratos postdoctorales o proyectos de investigación conjuntos, entre otras iniciativas. Para ello, se pretende que la Universidad suscriba convenios administrativos "en los que quedará perfectamente delimitado que existirá un beneficio mayor y diferentes a la obtención de un precio por el alquiler de los espacios". Esto concuerda con las intenciones manifestadas por Ana Caro, que resaltaba que "la Universidad no es una inmobiliaria, aunque lógicamente el uso de las instalaciones acarrea el abono de algunas tasas".

Según la resolución de la Universidad se ha fijado un precio de doce euros por metro cuadrado y mes para la utilización de espacios en el edificio de investigación. Eso sí, el precio puede verse alterado en virtud de las condiciones sobre mobiliario, equipamiento y servicios que deban incluirse en el convenio administrativo. En el pasado, Caro se ocupó del parque científico de la Universidad Autónoma de Madrid, donde consiguió que hubiese una interacción real entre empresas y universidad, y ahora pretende exportar ese modelo a la institución asturiana.

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