La línea de autobús urbano de la comarca entre Riaño y Pola de Laviana volvió a peder viajeros el pasado año, confirmando una tendencia a la baja que se viene manteniendo en los últimos ejercicios como consecuencia, principalmente, de la caída de población. En concreto, 2018 se cerró con 1.644.000 usuarios, 38.000 menos que en el año anterior. Se trata de casi la mitad de los viajeros que había en 2005, cuando la línea de autobús urbano de la comarca rozaba los tres millones de usuarios. Los responsables de las empresas concesionarias del servicio reclaman, entre otras medidas, más apoyo institucional y la puesta en marcha de aparcamientos de pago en el Valle para dinamizar el transporte público.
"El año pasado la bajada fue de casi 40.000 viajeros y 2,25 puntos en términos porcentuales, pero es una situación que se viene repitiendo en los últimos años", explicó Julio Álvarez, gerente de Autobuses de Langreo, la firma que, junto a Alcotan, se ocupa de la explotación de la línea Riaño-Laviana. "Hay muchos factores que influyen en esta evolución, pero el principal es el tema demográfico porque nos enfrentamos a la pérdida de cientos de vecinos cada año", añadió. Para medir el impacto de la bajada registrada, Álvarez tomó como referencia los datos de 2005, poco después de la entrada en marcha del Consorcio de Transportes de Asturias. "En aquella época llegábamos a los 2.990.000 usuarios y hoy nos movemos en casi la mitad. Es una situación difícilmente sostenible en el tiempo", aseguró.
En los últimos años, la pérdida de actividad económica, que se tradujo en una reducción de los desplazamientos realizados en autobús por motivos laborales, fue otra de las causas de la bajada de viajeros. El servicio, pese a desarrollarse básicamente por ciudad, tiene una catalogación de interurbano al abarcar tres concejos: Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana. El precio es el mismo para cualquier recorrido, independientemente de si se cubre todo el trayecto o se realiza un viaje más corto, dentro de un mismo concejo.
En otras líneas de la región de autobuses que circulan por ciudad, el servicio cuenta con apoyo público, ya sea a través de empresas participadas por los propios ayuntamientos o mediante ayudas para sufragar parte del coste del billete.
El máximo responsable de Autobuses de Langreo, además de demandar más respaldo público, puso sobre la mesa algunas propuestas que, a su juicio, podrían ayudar la dinamizar el transporte público. "Aquí hay una zona de aparcamiento gratuita enorme, por ejemplo, junto al hospital Valle del Nalón, cuando eso no pasa en otros sitios. Y cada solar que queda libre se habilitar como zona de estacionamiento. Eso implica que mucha gente utilice el coche hasta para ir a comprar el pan", indicó Julio Álvarez, que añadió: "Se habla mucho de la necesidad de dejar el coche en casa y favorecer el transporte público para reducir la contaminación, pero después no hay medidas que lo apoyen. Por ejemplo, la implantación de la zona azul, aunque es algo impopular, podría contribuir a dinamizar ese transporte público".
