El estafador del "caso Shamira", A. G. M., se sentará hoy de nuevo en el banquillo del juzgado de Langreo, ahora por desmantelar y destrozar un bar de La Felguera. El acusado lo había alquilado, se apoderó de su mobiliario y maquinaria, nunca pagó la renta y tuvo que ser desahuciado. La Fiscalía pide un año de cárcel, una multa de más de 5.000 euros y que indemnice económicamente al propietario del establecimiento.

El Ministerio Fiscal sostiene que A. G. M., conocido en toda Asturias por haber perpetrado todo tipo de timos, firmó en mayo de 2017 el contrato de arrendamiento de un local en la calle Doctor Fleming de La Felguera, con mobiliario y electrodomésticos necesarios para la actividad de hostelería que iba a desarrollar. Sin embargo, no abonó al propietario ninguna de las mensualidades correspondientes, por lo que el dueño impulsó en el mes de septiembre de 2017 un procedimiento de desahucio, que acabó siendo ejecutado el 29 de diciembre de ese año. Así, una vez que el propietario accedió al local pudo comprobar que faltaban 5 mesas de pie metálico negro cuadrado, 20 sillas de madera de color marrón de estilo clásico, 3 taburetes de madera de color marrón de estilo clásico, un frigorífico combi, una cocina de gas butano y un reloj de pared. Los efectos sustraídos fueron valorados en 2.490 euros.

Además, el propietario se encontró numerosos desperfectos en el local, daños estimados en 1.703 euros. Los trabajos de limpieza y desinfección del establecimiento fueron valorados en otros 484 euros.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de hurto y de un delito de daños. Por eso solicita una condena de 12 meses de prisión, además de 15 meses de multa, con una cuota diaria de 12 euros, y el pago de las costas del juicio.

En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicita que el acusado indemnice al propietario con 2.490 euros por el importe de los efectos sustraídos, 1.703 euros por los desperfectos ocasionados en el mobiliario y en el local y con 484 euros por los trabajos de limpieza y desinfección, más los intereses legales que correspondan.