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Las repercusiones del temporal en la comarca

La pista deportiva del Beiro, destrozada por la riada, necesita "una fuerte inversión"

El parqué está completamente levantado desde la inundación y el principal espacio del pabellón no podrá volver a utilizarse hasta que se arregle

La pista del pabellón Juan Carlos Beiro, completamente destrozada por la riada. F. GEIJO

El río Nalón entró en el pabellón deportivo Juan Carlos Beiro el pasado 24 de enero. La riada inundó buena parte del recinto, pero pasadas más de dos semanas desde el temporal, una zona del complejo ha acabado por ser la más perjudicada: la pista polideportiva, en la que a lo largo del año se realizan cientos de actividades y decenas de competiciones oficiales. Algunas de ellas ya han tenido que suspenderse. La pista está completamente destrozada, y según fuentes consultadas, será necesaria una "fuerte inversión" para dejarla en las condiciones en las que se estaba previamente. Algo que no parece fácil visto como se encuentra ahora mismo, completamente levantada, y sin posibilidad de arreglo a corto plazo, de momento.

La crecida del río Nalón de los días 23, 24 y 25 de enero fue tan fuerte que el agua acabó entrando en buena parte del complejo deportivo langreano. Prácticamente todo el pabellón quedó inundado, si bien algunas partes se salvaron del desastre. Fue el caso de las piscinas, que funcionan con total normalidad desde hace días. Hubo que achicar agua de otras salas auxiliares y del gimnasio, que ya pueden utilizarse. De hecho, las actividades deportivas -gimnasia de mantenimiento, artes marciales- que en muchos casos se practicaban en la pista principal del Beiro se han trasladado a estas otras estancias para que los usuarios puedan seguir disfrutándolas. El rocódromo en el que se entrena el deporte de la escalada estuvo varios días inutilizado por seguridad, ya que las colchonetas que se usan para amortiguar las caídas y evitar lesiones quedaron completamente empapadas por el agua, y pasaron muchos días hasta que secaron.

En el caso de la otra gran instalación del complejo deportivo, las piscinas cubiertas, hubo "cierta suerte", ya que no resultaron afectadas por la riada. Y más teniendo en cuenta que en el mes de diciembre estuvieron paradas diez días para arreglar el sistema de depuración, lo que trajo con sigo el cambio de 20 toneladas de arena de este dispositivo. Unos trabajos que tuvieron un coste de 16.000 euros.

El Juan Carlos Beiro es sede habitual de competiciones locales, regionales e incluso nacionales. Este iba a ser el caso del Campeonato de España de Tiro con Arco, que se iba a celebrar en Langreo el fin de semana del 1, 2 y 3 de febrero. La prueba tuvo que ser trasladada a Avilés, al polideportivo de La Magdalena. La Federación Asturiana tuvo que buscar alternativas en los días previos al campeonato debido al mal estado del parqué del pabellón. El cambio supuso un contratiempo tanto para los clubes como para los deportistas participantes, así como para algunas reservas en los hoteles de la zona. La del tiro con arco en sala no fue la única competición afectada en esos primeros días. Tampoco se pudo disputar el Campeonato de Asturias de esta misma disciplina, ni el regional de patinaje, que se trasladó a Riaño.

Los daños causados por el temporal, solo en los concejos de Langreo y San Martín del Rey Aurelio, ascendieron a 2,4 millones de euros. Estas estimaciones de las oficinas técnicas municipales de ambos Ayuntamientos, además, no incluyen los desperfectos causados en inmuebles o fincas particulares o de otras administraciones, como es el caso del Beiro, que depende de la Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias.

Pista finlandesa

Otra de las instalaciones deportivas profundamente dañadas en Langreo por la riada sí que es de titularidad municipal. Se trata de la pista finlandesa (para correr al aire libre) de la zona de Los Llerones, en Sama. Quedó anegada por el Nalón, y el agua arrastró y se llevó la base firme de arena y destruyó la caja. La pista quedó destruida, y el río llegó a llevarse parte de la plataforma de terreno en la que se asentaba, sobre todo en la zona más cercana al puente de La Maquinilla, donde literalmente "devoró" la pista.

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