"Los buenos resultados en Navia, Coaña y El Franco nos han animado a compartir nuestra experiencia con el resto de Asturias", manifestó el concejal naviego Marino Fernández en la charla-taller titulada "Lucha y prevención contra la 'vespa velutina' (avispón asiático)", organizada por el Ayuntamiento de Mieres y que contó con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas.

Fernández, que desde 2017 se dedica en exclusiva al trampeo y destrucción de nidos de avispón asiático en Asturias, realizó una exposición eminentemente práctica y dirigida a los titulares de explotaciones, en previsión de los daños que este insecto invasor causa a la apicultura y a la producción de fruta. El especialista en servicios medioambientales recomienda iniciar las labores de trampeo a partir del mes de marzo, mediante la instalación de recipientes (botellas de plástico), con pequeños orificios para la entrada del insecto, que acude atraído por la mezcla de agua, azúcar, levadura y alcohol. "Conviene hacer una distribución lineal, cada doscientos metros, con preferencia en los lugares con agua, y poner una etiqueta identificativa de su propósito para que nadie las retire", explicó Fernández.

"Es un sistema que, con la implicación de los titulares de las explotaciones y de la administración, ha demostrado una gran eficacia el pasado año. Un buen trampeo evita el 90% de los ataques a las colmenas", remarcó. La vespa velutina reina sale del ciclo de hibernación a comienzos de primavera y, hambrienta, inicia su actividad destructiva, que tiene su momento álgido en los meses de verano. "Hemos llegado a contar 47 reinas en un sola trampa", informó Fernández, que advierte de que "de cada nido primario pueden formarse otros cinco". De ahí la importancia de las labores de trampeo, así como la localización y destrucción de nidos. "El 80% de los avisos que recibimos a través del 112 y de la aplicación AVISAP, procede de apicultores que encuentran nidos cerca de sus explotaciones", dijo el especialista, preocupado por la falta de implicación de algunos ayuntamientos y por los escasos recursos de la administración autonómica, "que hace un trampeo muy limitado".

Marino Fernández relató la dificultad del control de esta plaga en los entornos urbanos debido a la diversidad de focos de agua de las zonas urbanizadas y alertó de la proliferación de nidos en las playas. "Así como les atraen mucho los olores dulces y la cerveza, también están presentes donde hay pescado", señaló. El especialista describió también los diversos modos de destrucción de los nidos, que van desde la inyección de insecticida hasta la utilización material explosivo, que requiere la correspondiente autorización. "Una reina pone más de 100 huevos cada día".

Las estadísticas de 2018 son elocuentes: 1.261 nidos localizados, resuelto el 99,8 % de casos y la esperanza de que la investigación genética que ya se está iniciando en la Universidad de Oviedo conduzca al descubrimiento de soluciones científicas de control de la invasión. "Como también sucedió con la polilla de la patata, la plaga nos llegó de Galicia, donde no se reacciona hasta que el problema traspasa sus fronteras", lamentó Fernández que, asimismo, observa que las abejas autóctonas "están aprendiendo a defenderse".