La Fiscalía del Principado de Asturias solicita un año de prisión para uno de los dos camareros de la cafetería del Hospital Álvarez Buylla que fueron despedidos a finales de 2016 por una presunta "mala praxis" con la caja registradora. Ambos trabajadores, tras recibir un insólito apoyo del Ayuntamiento de Mieres, fueron readmitidos hace unos meses en sus puestos. Su despido provocó varias concentraciones de protesta en el centro sanitario de Santullano.

La denuncia de Fiscalía establece que el citado camarero se quedó con dinero, al menos, en 17 ocasiones entre el 12 de octubre y el 7 de diciembre de 2016. "En lugar de depositar en la caja registradora el importe de las consumiciones que le entregaban varios de los clientes en pago de sus consumiciones, se quedaba físicamente con él y no registraba las ventas efectuadas", sostiene el ministerio fiscal. De esta forma, siempre según la denuncia, se apoderó de 571,65 euros.

Los trabajadores despedidos han mantenido desde un primer momento que no han cometido ninguna irregularidad y que su cese fue "una represalia por defender los derechos de los compañeros".