"Hay muchos prejuicios e ideas equivocadas sobre los hórreos", manifestó el licenciado en Historia del Arte, Julio Zapico, en la charla-coloquio organizada por la Asociación Cultural "Camín de Mieres" con el título "Hórreos, cabazos y paneras. Construcciones asentadas en Mieres con cinco siglos de vida". El acto contó con la colaboración del Ayuntamiento de Mieres y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. Mar Montero, miembro de la entidad organizadora, presentó una charla en la que, además, se pretendió dar a conocer la existencia y la labor divulgativa y conservadora de la Asociación de Amigos del Hórreo Asturiano, nacida en Candás hace tres años para dar relevancia a un tipo de edificaciones representativas de Asturias. "La falta de interés general y, en particular, de las administraciones, nos impulsó a constituir la asociación, que queremos que sea el instrumento para hacer presión a favor de la conservación, protección y recuperación de nuestros hórreos", declaró Zapico, que también se dedica a la restauración de estas construcciones.

La charla consistió en la exhibición del reportaje fotográfico realizado por Juanjo Arrojo con las explicaciones técnicas y artísticas del autor y la descripción histórica de Zapico. El hórreo es una construcción que proliferó en Asturias a partir del siglo XIV, si bien sus orígenes son muchos más antiguos. De hecho, ya existe constancia de este tipo de edificaciones en el Imperio Romano y también aparecen ejemplos en las Cantigas de Nuestra Señora de Alfonso X El Sabio. "No son construcciones exclusivamente asturianas, pues hay ejemplos en China, Eslovaquia, Portugal, además de en Navarra, León y Galicia, ni tampoco se hallaban sólo en entornos rurales; hay ejemplos monumentales que ocuparon los centros de las ciudades", afirmó el historiador.

La muestra fotográfica se detuvo en los detalles característicos de cada edificio, distintivos de cada zona, en los que se pueden ver tallas, grabados, pinturas, así como diversidad de diseños y funcionalidades, resultantes de las costumbres locales y los propósitos de uso. "En nuestras investigaciones nos encontramos maravillas en talla y pintura, si bien también vemos hórreos impresionantes en grave peligro de destrucción o en los que los dueños han hecho verdaderas aberraciones que los estropean", lamentó Arrojo.

Finalmente, la exposición se centró en los escasos ejemplos valiosos que aún se mantienen en el concejo de Mieres, destacando los de La Filera, El Collau, Villandio, la Hueria de Urbiés, Santa Rosa, Villaestremeri, Taruelo (a punto de caer) y el que se conserva en el Palacio del Valletu en Cuna. "Lo poco que queda en pie es gracias a los propietarios", señaló Zapico. "En Mieres, la industrialización de mediados del XIX puso fin a la construcción de hórreos, que en otros concejos se prolongó un siglo más", añadió. Ambos ponentes coincidieron en señalar la importancia de llevar a cabo un censo riguroso de estas construcciones, como paso necesario para abordar su protección y recuperación, que, hoy por hoy, se hallan gravemente comprometidas.