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El nuevo cuartel de Mieres suma ya ocho años de espera, sin garantía de ejecución

El viejo equipamiento, derruido en 2015, fue desalojado en febrero - de 2011 y desde entonces el proyecto no deja de acumular retrasos

La parcela que desde hace ocho años espera la construcción del nuevo cuartel. J. R. SILVEIRA

El viejo cuartel de la Guardia Civil de Mieres fue evacuado de urgencia en febrero de 2011 debido a los graves daños estructurales que parecía. La dotación local fue trasladada provisionalmente al por entonces recién clausurado centro de salud Sur. Inicialmente, el Ministerio del Interior le comunicó al Ayuntamiento su intención de licitar el nuevo equipamiento en junio de ese mismo año. Desde entonces, el proyecto ha sufrido diversas modificaciones y retrasos. Actualmente, ocho años después, la actuación sigue en el aire y sin garantías, con una sucesión de compromisos pospuestos.

Resulta muy difícil establecer en estos momentos el rumbo que mantienen el proyecto del nuevo cuartel de Mieres. Son muchos los vaivenes que han sacudido la actuación desde 2011. Lo más reciente es el anuncio de una inversión de 275 millones para el desarrollo de actuaciones en comisarías y cuarteles. Esta iniciativa dejaba en manos del instituto armado la decisión sobre la prioridad del proyecto. En este sentido, la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella Gómez, rechazó en el Senado dar ninguna garantía sobre el desarrollo del cuartel mierense. La incertidumbre es ahora aún mayor tras la convocatoria de elecciones generales.

El cuartel de la Guardia Civil lleva ocho años en un estado de indefinición. Tras el incumplimiento del compromiso inicial planteado a continuación del desalojo, el por entonces delegado del Gobierno de Asturias, Antonio Trevín, anunció en marzo de 2011 que las nuevas dependencias de la Benemérita no estaban garantizadas. "Temo que no tengan dinero siquiera para derribar el antiguo cuartel". Así de rotundo se manifestó a finales de 2012 el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez. No iba mal encaminado, aunque finalmente el viejo equipamiento se derribó a finales de 2015. A principios de 2016, al término de las labores de demolición, el por entonces delegado del gobierno, Gabino de Lorenzo, y el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, anunciaron que la ciudad tendría nuevo cuartel a lo largo del presente año 2019. Ambos aseguraron que el Ministerio del Interior había consignado una partida plurianual que ascendía a más de 7 millones de euros para el equipamiento, cuya obra física debería haber comenzado, según los plazos expuestos, a lo largo de 2017. La inversión prevista y programada en 2016 por el Ministerio del Interior recogía para Asturias más de 9 millones de euros, de los que el grueso deberían haber sido para el acuartelamiento de Mieres. En 2016 se reservó una partida de 315.000 euros, que se debería emplear en ajustar el proyecto a las normativas energéticas y de accesibilidad vigentes. Para 2017 se destinaron 1,8 millones de euros. En ese ejercicio estaba previsto que comenzase la obra civil para levantar el nuevo acuartelamiento. Es obvio que la planificación no se ha cumplido.

El proyecto no sólo ha ido acumulando retrasos, sino que ha mutado con el tiempo. Así, el Ministerio del Interior atendió hace casi tres años la demanda local para que el diseño del futuro equipamiento se adapte a los gustos de los vecinos de la zona y del propio Consistorio. Esto significa que el cuartel no se construirá exactamente según el proyecto inicial. El cambio conlleva, en esencia, trasladar la construcción hacia la zona de la parcela más próxima a Avenida de Méjico. Pocos más datos se dieron.

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